18/02/2020, 01:07
Kana se arrojó contra el chico con un grito, lanzando sus proyectiles, dispuesto a asesinarle. Kazuma, por otra parte, no retrocedió: se lanzó al frente, con una técnica preparada desde el momento de la explosión. Dos enormes voluntades chocaron en un recóndito refugio dentro de uno de los barrios más oscuros y tenebrosos de Tane-Shigai.
Todo sucedió en un momento. La técnica de Kazuma se lanzó y cortó limpiamente los escombros, lanzados a máxima velocidad.
Avanzó hacia Kana. Un pestañeó. Entonces, la chica ya no se encontraba ahí.
Estaba justamente encima de Kazuma. Tres manos de chakra la habían impulsado: dos resquebrajadas y una perfectamente funcional y recien utilizada. No había discusión: tanto en destreza como en velocidad, la chica era muy superior a Kazuma. Aun había más. Una de sus manos empuñaban lo que parecía ser un cuchillo.
La mano se arrojó contra Kazuma, en otro rápido movimiento. De repente, las otras dos manos se habían aferrado a sus piernas y lo habían tirado contra el suelo, impidiendole escapar. Aquello parecía una pesadilla para el chico. A pesar de su esfuerzo y de su técnica, la chica no había sido sorprendida, sino que parecía dispuesta a seguir presentando batalla. Kazuma, por sí mismo, no sería capaz de enfrentarla. Al menos, no en aquellas condiciones. Pero el cuchillo se acercaba a su cuerpo. Era luchar o morir.
Entonces, el milagro ocurrió.
Un enorme destello inundó la sala, desde principio hasta final. Rápido, certero y poderoso. Kana chilló e interrumpió el ataque para alejarse, mientras reptaba con sus tres manos de chakra y sus brazos y piernas normales.
Al abrir los ojos, Kazuma se encontraría libre de sus ataduras. Veía todo borroso por el repentino destello, pero debía de ser capaz de moverse.
— ¿A qué estas esperando? ¡Corre! ¡Sal de aquí! — le dijo alguien. Era una voz masculina, jovial. Sin embargo, sonaba mortalmente SERIA.
Todo sucedió en un momento. La técnica de Kazuma se lanzó y cortó limpiamente los escombros, lanzados a máxima velocidad.
Avanzó hacia Kana. Un pestañeó. Entonces, la chica ya no se encontraba ahí.
Estaba justamente encima de Kazuma. Tres manos de chakra la habían impulsado: dos resquebrajadas y una perfectamente funcional y recien utilizada. No había discusión: tanto en destreza como en velocidad, la chica era muy superior a Kazuma. Aun había más. Una de sus manos empuñaban lo que parecía ser un cuchillo.
La mano se arrojó contra Kazuma, en otro rápido movimiento. De repente, las otras dos manos se habían aferrado a sus piernas y lo habían tirado contra el suelo, impidiendole escapar. Aquello parecía una pesadilla para el chico. A pesar de su esfuerzo y de su técnica, la chica no había sido sorprendida, sino que parecía dispuesta a seguir presentando batalla. Kazuma, por sí mismo, no sería capaz de enfrentarla. Al menos, no en aquellas condiciones. Pero el cuchillo se acercaba a su cuerpo. Era luchar o morir.
Entonces, el milagro ocurrió.
Un enorme destello inundó la sala, desde principio hasta final. Rápido, certero y poderoso. Kana chilló e interrumpió el ataque para alejarse, mientras reptaba con sus tres manos de chakra y sus brazos y piernas normales.
Al abrir los ojos, Kazuma se encontraría libre de sus ataduras. Veía todo borroso por el repentino destello, pero debía de ser capaz de moverse.
— ¿A qué estas esperando? ¡Corre! ¡Sal de aquí! — le dijo alguien. Era una voz masculina, jovial. Sin embargo, sonaba mortalmente SERIA.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60