24/02/2020, 13:33
— ¡Eri-sensei!
Eri se giró en cuanto escuchó la dulce voz de Hana, que parecía más contenta de lo habitual. La kunoichi mayor la encaró con una sonrisa igual de amplia que la de la rubia, realmente alegre por ver a su pupila, aunque... ¿Se había hecho dos coletas?
—¡Hola, Hana! —saludó una vez la susodicha se hubiera acercado lo suficiente. Tras ello, la dio dos palmaditas en la cabeza a modo de saludo—. ¿Qué tal? ¿Cómo has estado durante este tiempo? ¿Has hecho ya alguna misión? —comenzó a cuestionar, evaluándola ya desde el principio.
A veces sentía que la que necesitaba lecciones era ella y no su rubia pupila, contenta como la que más, ahora sometida a un interrogatorio. No sabía ser sensei y mucho menos de una chica con la que más o menos se llevaba dos años. Pero allí estaba, y lo cierto es que la comenzaba a tener mucho aprecio.
Solo esperaba no cagarla con ella al igual que había ocurrido con Riko.
Eri se giró en cuanto escuchó la dulce voz de Hana, que parecía más contenta de lo habitual. La kunoichi mayor la encaró con una sonrisa igual de amplia que la de la rubia, realmente alegre por ver a su pupila, aunque... ¿Se había hecho dos coletas?
—¡Hola, Hana! —saludó una vez la susodicha se hubiera acercado lo suficiente. Tras ello, la dio dos palmaditas en la cabeza a modo de saludo—. ¿Qué tal? ¿Cómo has estado durante este tiempo? ¿Has hecho ya alguna misión? —comenzó a cuestionar, evaluándola ya desde el principio.
A veces sentía que la que necesitaba lecciones era ella y no su rubia pupila, contenta como la que más, ahora sometida a un interrogatorio. No sabía ser sensei y mucho menos de una chica con la que más o menos se llevaba dos años. Pero allí estaba, y lo cierto es que la comenzaba a tener mucho aprecio.
Solo esperaba no cagarla con ella al igual que había ocurrido con Riko.