15/03/2020, 15:03
Al igual que ella había pensado sobre el torneo, Datsue no quería revelar, ni por asomo, la mayoría de armas que había estado preparando y entrenando durante ese tiempo. Pero también tenía razón en algo, y es que como shinobi de Uzushiogakure, es a veces necesario enseñar de qué pasta están hechos los que componen tu villa.
—Y, no te mentiré, también para enfrentarme a unos cuantos kusareños y devolvérsela a Kintsugi.
Datsue seguramente tenía algo de resentimiento con la Morikage, y ella lo comprendía. ¿Por qué cargar contra todos los jinchuuriki y bijuus? Sabía que Kurama estaba poniendo patas arriba Oonindo, pero Shukaku y Kokuo no habían hecho nada más que estar dentro de Datsue y Ayame. O al menos, desde el examen de Chuunin.
—Yo intentaré demostrarles que valgo de algo, pero tampoco quiero exponerme demasiado, la verdad —confesó—. Igualmente, ni si quiera sé con quienes vamos a medirnos...
El tema volvió a desviarse, de nuevo, hacia el nuevo Uzukage. Y...
—¿Sabes? Hanabi me dejó caer un día, muy sutilmente, que también te había considerado a ti como futura Uzukage. Y creo que hubiese acertado de lleno.
Sí, ella había hablado con Hanabi de aquello. El mismo día que había visto el Rasengan por primera vez. Se lo había dejado caer, pero... Pero nunca se vería capaz de llevar ese peso sobre sus hombros. No estaba hecha para eso.
—Nah —movió la mano para restarle importancia—. Solo lograría llevar a Uzushiogakure a la ruina, créeme, lo mejor es quedarme tal y como estoy, ¡que ya es bastante! —exclamó—. Bueno, ahora que estamos por fin juntos, ¿qué tal te fue el viaje? ¿Cuándo volviste? —preguntó, desviando completamente el tema y sacando de dentro aquellas preguntas que quería hacerle de verdad.
—Y, no te mentiré, también para enfrentarme a unos cuantos kusareños y devolvérsela a Kintsugi.
Datsue seguramente tenía algo de resentimiento con la Morikage, y ella lo comprendía. ¿Por qué cargar contra todos los jinchuuriki y bijuus? Sabía que Kurama estaba poniendo patas arriba Oonindo, pero Shukaku y Kokuo no habían hecho nada más que estar dentro de Datsue y Ayame. O al menos, desde el examen de Chuunin.
—Yo intentaré demostrarles que valgo de algo, pero tampoco quiero exponerme demasiado, la verdad —confesó—. Igualmente, ni si quiera sé con quienes vamos a medirnos...
El tema volvió a desviarse, de nuevo, hacia el nuevo Uzukage. Y...
—¿Sabes? Hanabi me dejó caer un día, muy sutilmente, que también te había considerado a ti como futura Uzukage. Y creo que hubiese acertado de lleno.
Sí, ella había hablado con Hanabi de aquello. El mismo día que había visto el Rasengan por primera vez. Se lo había dejado caer, pero... Pero nunca se vería capaz de llevar ese peso sobre sus hombros. No estaba hecha para eso.
—Nah —movió la mano para restarle importancia—. Solo lograría llevar a Uzushiogakure a la ruina, créeme, lo mejor es quedarme tal y como estoy, ¡que ya es bastante! —exclamó—. Bueno, ahora que estamos por fin juntos, ¿qué tal te fue el viaje? ¿Cuándo volviste? —preguntó, desviando completamente el tema y sacando de dentro aquellas preguntas que quería hacerle de verdad.