21/12/2015, 16:21
Su sombrero no solo tapaba la cara del calvo, si no también la vista hacia la cabeza de esa persona. Medio cuerpo era su visión. Algunas ráfagas de viento corrían de aquí para allá moviendo las ropas sueltas aunque mojadas. Después de todo, esa ciudad seguía siendo Amegakure, la lluvia y los vientos eran algo común. Lástima que ese encuentro no lo fuera. ¿Común? Para nada, era raro y tenso.
Su disfraz de muerte aumentaba su credibilidad a cada palabra que salía de su boca. El liberador de almas ya estaba poniendo a Karamaru un poco nervioso e incómodo. Pero lo dejó pasar, prefirió no contestar, y luego del silencio la sombra negra volvió a dirigirle la palabra.
¿Sabes? Es de mala educación entrar en la ciudad de otra persona y no presentarse siquiera...
«¿Ciudad? ¿Acaso realmente todo esto es de su propiedad?»
No podía ser que cada edificio derrumbado en una ciudad tan grande como esa pertenezca a una sola persona. Aunque Karamaru ya empezaba a dudar en llamarlo "persona". Probablemente él fue el encargado de destruir todo, pero tal vez no fuese así. Las dudas del pelado eran muchas, pero no encontrarían respuestas. Sea lo que fuese, sea dueño de lo que sea, esa cosa entendía ese terreno como su propiedad y un combate es algo que Karamaru quería evitar.
Levantó su sombrero de paja con el índice de su izquierda, vio la cara blanca, los ojos dispares y un hormigueo se apodero de él. Pero haciéndose fuerte clavó sus ojos color ámbar en el que se creía un liberador de almas.
Karamaru, perteneciente al clan Habaki. Shinobi de Amegakure.
De nuevo, permaneció en silencio. Con la mirada fija esperaba la respuesta, nombre y ocupación había dado, nombre y ocupación esperaba. Tal vez no lo obtendría, pero la curiosidad le empezaba a picar y quería conocer un poco más al cara blanca que lo miraba.
Su disfraz de muerte aumentaba su credibilidad a cada palabra que salía de su boca. El liberador de almas ya estaba poniendo a Karamaru un poco nervioso e incómodo. Pero lo dejó pasar, prefirió no contestar, y luego del silencio la sombra negra volvió a dirigirle la palabra.
¿Sabes? Es de mala educación entrar en la ciudad de otra persona y no presentarse siquiera...
«¿Ciudad? ¿Acaso realmente todo esto es de su propiedad?»
No podía ser que cada edificio derrumbado en una ciudad tan grande como esa pertenezca a una sola persona. Aunque Karamaru ya empezaba a dudar en llamarlo "persona". Probablemente él fue el encargado de destruir todo, pero tal vez no fuese así. Las dudas del pelado eran muchas, pero no encontrarían respuestas. Sea lo que fuese, sea dueño de lo que sea, esa cosa entendía ese terreno como su propiedad y un combate es algo que Karamaru quería evitar.
Levantó su sombrero de paja con el índice de su izquierda, vio la cara blanca, los ojos dispares y un hormigueo se apodero de él. Pero haciéndose fuerte clavó sus ojos color ámbar en el que se creía un liberador de almas.
Karamaru, perteneciente al clan Habaki. Shinobi de Amegakure.
De nuevo, permaneció en silencio. Con la mirada fija esperaba la respuesta, nombre y ocupación había dado, nombre y ocupación esperaba. Tal vez no lo obtendría, pero la curiosidad le empezaba a picar y quería conocer un poco más al cara blanca que lo miraba.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘