22/03/2020, 21:47
2 años más tarde, la oportunidad de pelear en el Torneo de los Dojos se volvió a presentar frente a Daigo, aunque la situación se le hacía tan distinta que casi parecía tratarse de un evento totalmente distinto. Primero porque el genin ya no temblaba de miedo y se preguntaba por qué habían escogido a un inútil como él para pelear, sino que esta vez sentía una confianza inquebrantable en sí mismo; y segundo... bueno, todo el mundo conocía la situación actual de Kusagakure en ese entonces.
Pero eso no lo desanimaría. Tenía que pelear por sí mismo y por su aldea.
Ya se había despedido tanto de sus padres como de Koku y Gura, sabiendo que ninguno podría ir a verlo. Sus padres por cuestiones monetarias, y Koku y Gura porque ahora tenían una cafetería de la que ocuparse en la aldea.
Pero eso no lo desanimaría. Tenía que volver victorioso y contarles lo bien que le había ido.
Con un par de días de viaje a sus espaldas, el grupo ya se encontraba muy cerca de su destino. La verdad es que Daigo agradecía enormemente la decisión de hacer el viaje a pie. Ya había probado uno de esos trenes antes y no le había gustado nada la experiencia.
—Sorprendentemente no estoy nada nervioso, Sora-sensei —respondió, alegre.
Yota, igual que Daigo, sentía que este año todo sería distinto. En ese entonces los chicos no sabían que, en muchas cosas, este torneo se parecería al anterior en mucho más de lo que pensaban.
Pero eso no lo desanimaría. Tenía que pelear por sí mismo y por su aldea.
Ya se había despedido tanto de sus padres como de Koku y Gura, sabiendo que ninguno podría ir a verlo. Sus padres por cuestiones monetarias, y Koku y Gura porque ahora tenían una cafetería de la que ocuparse en la aldea.
Pero eso no lo desanimaría. Tenía que volver victorioso y contarles lo bien que le había ido.
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Con un par de días de viaje a sus espaldas, el grupo ya se encontraba muy cerca de su destino. La verdad es que Daigo agradecía enormemente la decisión de hacer el viaje a pie. Ya había probado uno de esos trenes antes y no le había gustado nada la experiencia.
—Sorprendentemente no estoy nada nervioso, Sora-sensei —respondió, alegre.
Yota, igual que Daigo, sentía que este año todo sería distinto. En ese entonces los chicos no sabían que, en muchas cosas, este torneo se parecería al anterior en mucho más de lo que pensaban.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.