2/04/2020, 17:51
... iba... a... ¿ganar?
De la puerta contraria salió quien probablemente era el favorito para ganar esta edición del Torneo: Uchiha Datsue. Un ninja que ya tenía un nombre y apellido perfectamente reconocibles en el mundo ninja ¿Por qué, preguntan? Bueno, entre otras cosas, ese chico no solo era el Jinchuuriki de Uzushiogakure, sino que dos años atrás había conseguido parar una bijuudama sin siquiera utilizar el poder del Ichibi ¿Qué clase de poder tendría ahora?
Si decía que no sintió miedo en ese momento, estaría mintiendo. Qué suerte que mentir era algo que se le daba muy bien a los ninja. Especialmente a uno como Tsukiyama Daigo, que en su debilidad siempre había tenido que enfrentarse a rivales mucho más fuertes que él, incluso inalcanzables. Esa era su fortaleza.
Una sonrisa de emoción apareció en su rostro mientras ambos shinobi realizaban el sello de confrontación.
«Es fuerte ¡Es fuerte! Seguro que aquí nadie piensa que yo podría ganar ¡Eso hará que sea mucho más impactante cuando lo haga!»
Iba a ganar, iba ganar, ¡iba a ganar! ¡IBA A GANAR!
El peliverde realizó un sello, preparándose mientras el Uchiha gritaba y sacaba una enorma roca del suelo que no tardaría en lanzar directamente hacia el kusajin. La roca no era excesivamente rápida, pero incluso así era mucho más rápida que el peliverde, que nunca había destacado por su velocidad.
A la vez que el ataque de Datsue fue lanzado, una sombra verdosa que intentaba imitar la apariencia del boxeador apareció a su lado y lo cogió del chaleco antes de lanzarlo con fuerza hacia delante, apenas pasando a la derecha de la enorme piedra, mientras dejaba una estela verde esmeralda detrás suyo.
—¡YO SOY TSUKIYAMA DAIGO! —Gritó, y entonces realizó un sello con la zurda, desviando su rumbo hacia Datsue.
Las cadenas que estaban enrolladas en su puño derecho empezaron a brillar y a chisporrotear en un tono azul eléctrico que se mezclo con la estela verde esmeralda que dejaba tras de sí.
»¡DE KUSAGAKURE NO SATO! —Gritó mientras lanzaba su puño con todas sus fuerzas hacia la mejilla de su rival.
De la puerta contraria salió quien probablemente era el favorito para ganar esta edición del Torneo: Uchiha Datsue. Un ninja que ya tenía un nombre y apellido perfectamente reconocibles en el mundo ninja ¿Por qué, preguntan? Bueno, entre otras cosas, ese chico no solo era el Jinchuuriki de Uzushiogakure, sino que dos años atrás había conseguido parar una bijuudama sin siquiera utilizar el poder del Ichibi ¿Qué clase de poder tendría ahora?
Si decía que no sintió miedo en ese momento, estaría mintiendo. Qué suerte que mentir era algo que se le daba muy bien a los ninja. Especialmente a uno como Tsukiyama Daigo, que en su debilidad siempre había tenido que enfrentarse a rivales mucho más fuertes que él, incluso inalcanzables. Esa era su fortaleza.
Una sonrisa de emoción apareció en su rostro mientras ambos shinobi realizaban el sello de confrontación.
«Es fuerte ¡Es fuerte! Seguro que aquí nadie piensa que yo podría ganar ¡Eso hará que sea mucho más impactante cuando lo haga!»
Iba a ganar, iba ganar, ¡iba a ganar! ¡IBA A GANAR!
El peliverde realizó un sello, preparándose mientras el Uchiha gritaba y sacaba una enorma roca del suelo que no tardaría en lanzar directamente hacia el kusajin. La roca no era excesivamente rápida, pero incluso así era mucho más rápida que el peliverde, que nunca había destacado por su velocidad.
A la vez que el ataque de Datsue fue lanzado, una sombra verdosa que intentaba imitar la apariencia del boxeador apareció a su lado y lo cogió del chaleco antes de lanzarlo con fuerza hacia delante, apenas pasando a la derecha de la enorme piedra, mientras dejaba una estela verde esmeralda detrás suyo.
—¡YO SOY TSUKIYAMA DAIGO! —Gritó, y entonces realizó un sello con la zurda, desviando su rumbo hacia Datsue.
Las cadenas que estaban enrolladas en su puño derecho empezaron a brillar y a chisporrotear en un tono azul eléctrico que se mezclo con la estela verde esmeralda que dejaba tras de sí.
»¡DE KUSAGAKURE NO SATO! —Gritó mientras lanzaba su puño con todas sus fuerzas hacia la mejilla de su rival.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.