Manos manchadas

[Uchiha Datsue]

Datsue se cruzó de brazos mientras escuchaba a Reiji, pensativo. Estaba claro que no era fácil superar la muerte de un Kage tan querido. Él lo sabía muy bien: había perdido a Shiona. No condenar a un colectivo por un individuo era lo lógica, claro, tal y como decía Reiji. Pero la lógica pocas veces se inmiscuía en los sentimientos viscerales.

—Tienes razón, Reiji, y por eso mismo debemos cuidarnos de no caer también en ese error. Cuando luché contra Daigo en la primera ronda, me di cuenta que lo estaba haciendo. Estaba poniendo en el mismo saco a todos los kusareños por culpa de su Kage. Es difícil separar sentimientos, pero… No deberíamos prejuzgarlos a todos. Cada uno pensará de una manera. Muchos como Kintsugi, no tengo duda. Pero algunos, como Kazuma… tendrán sus propios criterio.

Datsue había caído en aquel error mil veces, el mismo que tanto Reiji criticaba. Y apostaba a que el espadachín alguna que otra vez también. Eran humanos, después de todo. Estaba en su naturaleza. «Dioses. Ya hablo como Kokuō».