24/12/2015, 18:55
Resulta ser que el chico estaba siguiendo esa lógica de 'a los locos hay que darles la razón' y ella ni se había percatado, de ahí que seguía hablando pese a no sentir la lengua y no poder pronunciar una buena cantidad de letras pero bueno, él le daba la razón y ella feliz de la vida.
Ambos shinobis seguían deambulando por las calles, como si alguno de los dos tuviese idea de por donde estaban yendo cosa que no era cierta, lo único que si sabía la pelirroja era que acababan de pasar el dichoso museo de armas por el que había ido a ese pueblo, pero al sentirse responsable por achatarle la nariz al chico no podía simplemente irse como si nunca hubiese visto nada. ~ El pobre no tiene la culpa… ~ Pensaba la kunoichi mientras seguía analizando todos y cada uno de los establecimientos que se cruzaban sin llegar a identificar un hospital.
- ¿Seguro que esta aqui? No veo ningún hospital aún...
Preguntó el joven de cabello oscuro que por fortuna aun la seguía. En ese instante Ritsuko paró en seco y muy lentamente fue girando su cabeza para mirarle de reojo con una expresión un tanto macabra. - ¿Seguro...? Soy mujer… - Entonó con una seriedad anormal en ella mientras se daba vuelta manteniendo aquella expresión.
Se le acercó lentamente hasta estar separados por una distancia casi despreciable solo para mirarle lo suficientemente cerca para que él apenas pudiera verle los rojizos ojos que parecían brillar a causa del maquillaje, además que a esa distancia apenas si podría ver la máscara y los ojos de la kunoichi. - Será que… - Entonó la kunoichi aun 'enojada'. - ¿También te afectó a la vista? - Agregó ladeando la cabeza y abriendo más los ojos dejando a la vista una mirada bastante inocente.
La vestimenta habitual de Ritsuko tenía ese detalle que permitía a prácticamente cualquiera poder distinguir si debajo de la calavera había una mujer o un hombre y Juro definitivamente tendría que haber visto dicha vestimenta.
Ambos shinobis seguían deambulando por las calles, como si alguno de los dos tuviese idea de por donde estaban yendo cosa que no era cierta, lo único que si sabía la pelirroja era que acababan de pasar el dichoso museo de armas por el que había ido a ese pueblo, pero al sentirse responsable por achatarle la nariz al chico no podía simplemente irse como si nunca hubiese visto nada. ~ El pobre no tiene la culpa… ~ Pensaba la kunoichi mientras seguía analizando todos y cada uno de los establecimientos que se cruzaban sin llegar a identificar un hospital.
- ¿Seguro que esta aqui? No veo ningún hospital aún...
Preguntó el joven de cabello oscuro que por fortuna aun la seguía. En ese instante Ritsuko paró en seco y muy lentamente fue girando su cabeza para mirarle de reojo con una expresión un tanto macabra. - ¿Seguro...? Soy mujer… - Entonó con una seriedad anormal en ella mientras se daba vuelta manteniendo aquella expresión.
Se le acercó lentamente hasta estar separados por una distancia casi despreciable solo para mirarle lo suficientemente cerca para que él apenas pudiera verle los rojizos ojos que parecían brillar a causa del maquillaje, además que a esa distancia apenas si podría ver la máscara y los ojos de la kunoichi. - Será que… - Entonó la kunoichi aun 'enojada'. - ¿También te afectó a la vista? - Agregó ladeando la cabeza y abriendo más los ojos dejando a la vista una mirada bastante inocente.
La vestimenta habitual de Ritsuko tenía ese detalle que permitía a prácticamente cualquiera poder distinguir si debajo de la calavera había una mujer o un hombre y Juro definitivamente tendría que haber visto dicha vestimenta.