25/04/2020, 02:39
—¿Cómo? —pregunto Kazuma, intrigado por lo que Juro contaba—. Yo pensaba que en una competencia como esta no podrían hacer trampa… A todo esto, ¿Cómo fue que estaba haciendo trampa?
Luego de unos momentos, llego un hombre para atenderles. Portaba una pequeña libreta en la cual anotar las ordenes de un menú que era prácticamente de hamburguesas nada más y que lucía en una pizarra colgado de la entrada. También llevaba una especie de cartilla rustica, en donde salían todos los ingredientes disponibles, para quienes sintieran la necesidad de armar su propia y quimera comida.
—Veamos —dijo Kazuma mientras el hombre esperaba con pereza que armara su orden—. Quiero una que tenga carne de cerdo, de res y pollo. Con ensalada de lechuga, plátano, huevo y aguacate. También quiero que tenga queso blanco y amarillo, con ración extra de ajos salteado, salami picante, champiñones y pepinillos. Y… una gaseosa de limón de medio litro.
Aquella suerte de camarero anoto aquella orden y las demás sin mayor dificultad, para luego retirarse y colgar los papeles justo frente a la parrillera para que el cocinero las viera.
—¿Qué planea hacer ahora, Datsue-san? —inquirió, pues no era nada fácil de llevar aquella perspectiva.
El dilema en aquella ocasión no era ganar o perder, porque si perdía a nadie le interesaba, pero si ganaba parecía que no iba a faltar quien le tratara de hacer caer. Era como decían: “El que va de primero siempre tiene que estar vigilando su espalda”.
Luego de unos momentos, llego un hombre para atenderles. Portaba una pequeña libreta en la cual anotar las ordenes de un menú que era prácticamente de hamburguesas nada más y que lucía en una pizarra colgado de la entrada. También llevaba una especie de cartilla rustica, en donde salían todos los ingredientes disponibles, para quienes sintieran la necesidad de armar su propia y quimera comida.
—Veamos —dijo Kazuma mientras el hombre esperaba con pereza que armara su orden—. Quiero una que tenga carne de cerdo, de res y pollo. Con ensalada de lechuga, plátano, huevo y aguacate. También quiero que tenga queso blanco y amarillo, con ración extra de ajos salteado, salami picante, champiñones y pepinillos. Y… una gaseosa de limón de medio litro.
Aquella suerte de camarero anoto aquella orden y las demás sin mayor dificultad, para luego retirarse y colgar los papeles justo frente a la parrillera para que el cocinero las viera.
—¿Qué planea hacer ahora, Datsue-san? —inquirió, pues no era nada fácil de llevar aquella perspectiva.
El dilema en aquella ocasión no era ganar o perder, porque si perdía a nadie le interesaba, pero si ganaba parecía que no iba a faltar quien le tratara de hacer caer. Era como decían: “El que va de primero siempre tiene que estar vigilando su espalda”.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)