11/05/2020, 16:11
(Última modificación: 11/05/2020, 16:16 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
La tarde no era fría, sino más bien todo lo contrario. Tras un par de semanas y dos combates en el torneo, había resuelto que quedarse aislado era la peor de las opciones a pesar de que le ayudaba a mantener su atención fija en los combates. Solo tenía claras dos cosas: Su vida valía más que cualquier orden o gloria obtenida y que poco le importaba ganar o perder aquellos combates. El primero había sido demasiado fácil, sin embargo, con el segundo había optado por una retirada a tiempo para no recibir daño innecesariamente. Gracias a eso, ahora podía gozar de unas extremidades totalmente funcionales y sin roturas.
Tendría que mejorar sus ilusiones, si un simple cortecito podía disiparlas... Quizás había centrado su estudio en una rama de las artes ninja que no era para nada útil en combate. Suspiró mientras se acercaba al bosque con gesto inexpresivo. Esperaba estar solo, que le diese el aire y poder practicar allí.
Sin embargo... Encontró a un shinobi de Kusagakure. Alguien que no conocía, pero a judgar por como golpeaba ese tronco, debía saber bastante sobre Taijutsu. Tenía por seguro que si él le imitaba se fracturaría los brazos por cinco o seis partes. La Morikage había hecho algo feo, pero para alguien como el Taka, lo que hiciera o dejase de hacer un kage no tenía nada que ver con los habitantes de su pueblo... Si todos los dirigentes de aldeas eran tan incompetentes como Yui, no le parecía para nada extraño que discutieran entre ellos... Y la imagen que Kintsugi daba era similar a la de Amekoro... Una mujer con poderes sobredimensionados que reina en su tierra con la política del miedo, lamentable.
-Taijutsu ¿eh? Por lo que he escuchado en Kusagakure hay buenos luchadores cuerpo a cuerpo -Dijo a modo de... ¿saludo? -Taka Kisame, Amegakure -Se presentó, ahora si, con una leve reverencia.
Tendría que mejorar sus ilusiones, si un simple cortecito podía disiparlas... Quizás había centrado su estudio en una rama de las artes ninja que no era para nada útil en combate. Suspiró mientras se acercaba al bosque con gesto inexpresivo. Esperaba estar solo, que le diese el aire y poder practicar allí.
Sin embargo... Encontró a un shinobi de Kusagakure. Alguien que no conocía, pero a judgar por como golpeaba ese tronco, debía saber bastante sobre Taijutsu. Tenía por seguro que si él le imitaba se fracturaría los brazos por cinco o seis partes. La Morikage había hecho algo feo, pero para alguien como el Taka, lo que hiciera o dejase de hacer un kage no tenía nada que ver con los habitantes de su pueblo... Si todos los dirigentes de aldeas eran tan incompetentes como Yui, no le parecía para nada extraño que discutieran entre ellos... Y la imagen que Kintsugi daba era similar a la de Amekoro... Una mujer con poderes sobredimensionados que reina en su tierra con la política del miedo, lamentable.
-Taijutsu ¿eh? Por lo que he escuchado en Kusagakure hay buenos luchadores cuerpo a cuerpo -Dijo a modo de... ¿saludo? -Taka Kisame, Amegakure -Se presentó, ahora si, con una leve reverencia.