7/06/2020, 23:06
Datsue esbozó una sonrisa sincera ante el comentario jocoso —y realista, para desgracia de ella— de Hana. Además, por mucho que aprendiesen el Kai, se necesitaba un control y una maestría exquisita para que surgiese efecto. En experiencia del Uchiha, rara vez sucedía esto.
—Bueno, mejor quedar como un colador a que te rebanen el pescuezo mientras vives dentro de la ilusión —respondió, algo más tétrico de lo que hubiese pretendido. Respecto al combate entre Ayame y Daigo, Datsue no tenía dudas al respecto—. Juegan en ligas diferentes. Por mucho que nos pusiesen a todos en la misma categoría, no tengo dudas de que Ayame ganará.
Daigo era fuerte para ser un kusareño, eso tenía que reconocérselo. Pero tenía un gran punto débil: era jodidamente lento. Mientras tanto, ese era precisamente el punto fuerte de Ayame. Eso, combinado con los Genjutsus y la posibilidad de volverse agua ante las múltiples técnicas de Taijutsu que manejaba el kusareño, hacían del resultado del combate algo evidente para el Uchiha.
«Aunque siempre se puede dar la sorpresa».
De hecho, ya había sucedido en aquel torneo. Datsue habría apostado el sueldo de un mes por Eri en su combate contra Roga, y lo habría perdido todo. Los combates no eran, después de todo, matemáticas. Influían demasiadas cosas invaluables como para que lo fuesen. La táctica de cada contrincante. Su imaginación en un momento dado. La capacidad de improvisación. Lo inspirado que se hubiese levantado aquel día. ¡La misma suerte, en ocasiones!
—Bueno, mejor quedar como un colador a que te rebanen el pescuezo mientras vives dentro de la ilusión —respondió, algo más tétrico de lo que hubiese pretendido. Respecto al combate entre Ayame y Daigo, Datsue no tenía dudas al respecto—. Juegan en ligas diferentes. Por mucho que nos pusiesen a todos en la misma categoría, no tengo dudas de que Ayame ganará.
Daigo era fuerte para ser un kusareño, eso tenía que reconocérselo. Pero tenía un gran punto débil: era jodidamente lento. Mientras tanto, ese era precisamente el punto fuerte de Ayame. Eso, combinado con los Genjutsus y la posibilidad de volverse agua ante las múltiples técnicas de Taijutsu que manejaba el kusareño, hacían del resultado del combate algo evidente para el Uchiha.
«Aunque siempre se puede dar la sorpresa».
De hecho, ya había sucedido en aquel torneo. Datsue habría apostado el sueldo de un mes por Eri en su combate contra Roga, y lo habría perdido todo. Los combates no eran, después de todo, matemáticas. Influían demasiadas cosas invaluables como para que lo fuesen. La táctica de cada contrincante. Su imaginación en un momento dado. La capacidad de improvisación. Lo inspirado que se hubiese levantado aquel día. ¡La misma suerte, en ocasiones!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado