12/06/2020, 22:46
De repente, la puerta se abrió y una mujer en bata blanco entró con confianza.
— Buenos días, Hana-cha... — entraba revisando los papeles que llevaba en las manos y al alzar la mirada buscando a Hana vio que no estaba sola. — Oh, tienes visita. Bueno, era solo para decirte que todo parece estar bien, puedes irte. Asegúrate de no forzarte y de que no te vuelvan a apuñalar en el mismo sitio, por lo demás, todo correcto.
Dicho eso, retrocedió hasta la puerta y se marchó por donde había venido. Hana miró a Eri, esperando que comprendiese lo que le intentaba decir con la mirada. Por si no lo entendía lo verbalizaría igual.
— Eri-sensei, ¿me ayudas a vestirme?
El mensaje era para Datsue, a quien creía suficientemente inteligente para entenderlo sin necesidad de que se lo dijese directamente.
— Buenos días, Hana-cha... — entraba revisando los papeles que llevaba en las manos y al alzar la mirada buscando a Hana vio que no estaba sola. — Oh, tienes visita. Bueno, era solo para decirte que todo parece estar bien, puedes irte. Asegúrate de no forzarte y de que no te vuelvan a apuñalar en el mismo sitio, por lo demás, todo correcto.
Dicho eso, retrocedió hasta la puerta y se marchó por donde había venido. Hana miró a Eri, esperando que comprendiese lo que le intentaba decir con la mirada. Por si no lo entendía lo verbalizaría igual.
— Eri-sensei, ¿me ayudas a vestirme?
El mensaje era para Datsue, a quien creía suficientemente inteligente para entenderlo sin necesidad de que se lo dijese directamente.