Nuestra vida

[Amedama Daruu]

Ayame infló los carrillos y se cruzó de brazos, evitando el contacto visual. «¡Bingo!», pensó Daruu. Pero no estaría al cien por cien seguro de que su elemento era Fūton hasta que lo viera con sus propios ojos.

En ese preciso instante vino el postre, y como habían acordado lo dividieron entre los dos para poder disfrutar de ambos sabores.

—¿Sabes una cosa curiosa? —dijo Daruu llegado un momento—. A Chiiro le flipan las cosas redondas. No sé por qué. Pero todo lo redondo. Es muy rara —rio—. Me explico, el mochi le encanta, los bollos de vainilla, los dango lo que más... contra más redonda sea la comida, más le gusta.

»Por cierto, ¿no te apetece que nos relajemos un día de estos antes de la final? Tanto entrenar agota. He visto que han rehabilitado unos dojos a las afueras para convertirlos en piscinas. Podríamos buscar una vacía y pasar un rato ahí.