7/01/2016, 12:42
La Uzukage agradeció la respuesta de la Hyuga y sin más despidió a los shinobi que la acompañaban, tras un simple gesto de su mano estos desaparecieron casi al instante. Aquello sorprendió a la peliblanca, pues a la única persona que había visto moverse así anteriormente fue a la propia Shijou-sama... siempre pensó que era algo extraordinario pero según había podido ver no debía de ser algo tan poco común en el mundo shinobi.
La mujer pelirroja por su parte, había dejado su mirada escapar un instante de la joven para observar como el barco comenzaba a alejarse. Seguramente había llamado su atención las efusivas despedidas de la tripulación, hecho que fue confirmado por las propias palabras de Shiona.
—Tan sólo trato de tratar a los demás como me gustaría que me tratasen a mí, Uzukage-sama— respondió la joven con un tímida sonrisa.
Tras esto, la mujer se puso algo más seria pero sin abandonar un tono cordial y ciertamente cariñoso, asi maternal de alguna forma... algo que distaba bastante de las palabras mencionadas.
—Entiendo perfectamente mi situación— comenzó la Hyuga sin titubear, sabía desenvolverse bastante bien con la palabra —He venido aquí para servir y aprender, le puedo asegurar que es lo que haré— la joven hizo una pequeña reverencia para demostrar la formalidad de sus palabras —Espero que mis humildes servicios le sean de utilidad a usted y a su pueblo— Mitsuki recuperó la verticalidad, sin apartar la vista de aquellos ojos morados
La mujer pelirroja por su parte, había dejado su mirada escapar un instante de la joven para observar como el barco comenzaba a alejarse. Seguramente había llamado su atención las efusivas despedidas de la tripulación, hecho que fue confirmado por las propias palabras de Shiona.
—Tan sólo trato de tratar a los demás como me gustaría que me tratasen a mí, Uzukage-sama— respondió la joven con un tímida sonrisa.
Tras esto, la mujer se puso algo más seria pero sin abandonar un tono cordial y ciertamente cariñoso, asi maternal de alguna forma... algo que distaba bastante de las palabras mencionadas.
—Entiendo perfectamente mi situación— comenzó la Hyuga sin titubear, sabía desenvolverse bastante bien con la palabra —He venido aquí para servir y aprender, le puedo asegurar que es lo que haré— la joven hizo una pequeña reverencia para demostrar la formalidad de sus palabras —Espero que mis humildes servicios le sean de utilidad a usted y a su pueblo— Mitsuki recuperó la verticalidad, sin apartar la vista de aquellos ojos morados