23/07/2020, 16:09
— AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH
¡CLONK!
La puerta metalica se desencajó, cayendo sobre el cadaver del secretario con poca o ninguna delicadeza. Tras ella apareció un mastodonte de hombre que tuvo que agachar un centimetro la cabeza para caber por el hueco donde antes estaba la puerta.
— ¿¡Qué está pasando aquí!? ¡Yota-kun! — llamó preocupado mientras se acercaba al ahora civil dando enormes zancadas.
Marrow se había distraído por la intrusión y ahora su mosca estaba revoloteando libre, aunque con una pata menos. Mientras se guardaba el dedo amputado de Yota dentro de la capa, apuntaba con la otra a la espalda del shinobi que intentaba huir. Un total de cinco proyectiles salió de su mano, uno de la punta de cada dedo.
— ¡NO!
Un ninja más versado en el Ninjutsu podría haber hecho un muro de tierra tras Yota para protegerle, un ninja más fuerte podría haber cambiado su posición por la de Yota, un ninja más diestro podría haber interceptado los proyectiles con otros proyectiles. Senju Shiten no era nada de eso. No había sido diestro en su vida, el chakra era algo que se le escapaba, como tantas otras cosas. Entonces, ¿qué era Shiten? Era un cabezota de tomo y lomo. Una persona capaz de ir de frente a los problemas sin pensar, una persona que antes de sopesar las opciones ya ha actuado.
Solo ver a Yota herido corriendo hacia él, su cuerpo ya había empezado a moverse y en cuanto su shinobi, su hermano de armas, estuvo al alcance de su mano lo agarró y lo apartó para interponerse entre él y aquella extraña criatura de chakra. El pecho de Shiten recibió los proyectiles como si de piedrecitas se tratara, golpearon y cayeron, seguramente más adelante le dejarían un buen moratón. Ahora mismo, Marrow solo pudo chasquear la lengua molesto.
— Yota-kun. — repitió Marrow dedicandole una mirada al herido y ahora bruscamente apartado Yota.
En cuanto lo miró, una enorme pierna se interpuso entre sus ojos y su victima. Alzó la mirada para mirar al recien llegado. Senju Shiten, jounin retirado, la resistencia de una piedra y el poder... también de una piedra por lo que Marrow podía sentir. Ya sabía que iba a estar ahí y también sabía que podría haber acabado con él llegado a ese extremo. Pero ya no. Ahora ya no podía completar su misión, no podía derrotar a Shiten y aún menos sin que nadie se percatara de ello.
Sacó un shuriken y lo lanzó haciendo una parábola lateral, si Shiten no se movía, el shuriken le rodearía y se clavaría en el exgenin, puede que incluso rematandole. Obviamente, el jounin dio un paso lateral y alargó la mano para detener la estrella ninja con su brazo, pero aquello no era más que una distracción. Para cuando volviese a buscar a Marrow con la mirada, éste ya estaría en las enormes puertas por donde entraban los trenes, justo la que había abierto el clon de Yota para irse. Tras un último contacto visual con Shiten, Marrow desapareció.
Ambos sabían que si se arriesgaba a seguirle, podían acabar tanto él como Yota muertos. Tras unos segundos de confirmación, Shiten se giró a su subordinado. No era el momento de hablar. No mientras no paraba de salir sangre de donde antes salía el dedo del exgenin.
— ¡Vamos! Hay un profesional de primeros auxilios en la estación, no sabe ninjutsu médico pero podrá estabilizarte.
Intentaría ayudarle a moverse sin ser demasiado brusco, bastante lo había sido al apartarle ya. Por suerte para todos, Yota tenía las piernas sin un rasguño, perfectas para andar. Tenía un corte que le cubría el pecho en diagonal, varias costillas rotas como si hubiese recibido un cañonazo y le faltaba un dedo de la mano, pero las piernas intactas.
¡CLONK!
La puerta metalica se desencajó, cayendo sobre el cadaver del secretario con poca o ninguna delicadeza. Tras ella apareció un mastodonte de hombre que tuvo que agachar un centimetro la cabeza para caber por el hueco donde antes estaba la puerta.
— ¿¡Qué está pasando aquí!? ¡Yota-kun! — llamó preocupado mientras se acercaba al ahora civil dando enormes zancadas.
Marrow se había distraído por la intrusión y ahora su mosca estaba revoloteando libre, aunque con una pata menos. Mientras se guardaba el dedo amputado de Yota dentro de la capa, apuntaba con la otra a la espalda del shinobi que intentaba huir. Un total de cinco proyectiles salió de su mano, uno de la punta de cada dedo.
— ¡NO!
Un ninja más versado en el Ninjutsu podría haber hecho un muro de tierra tras Yota para protegerle, un ninja más fuerte podría haber cambiado su posición por la de Yota, un ninja más diestro podría haber interceptado los proyectiles con otros proyectiles. Senju Shiten no era nada de eso. No había sido diestro en su vida, el chakra era algo que se le escapaba, como tantas otras cosas. Entonces, ¿qué era Shiten? Era un cabezota de tomo y lomo. Una persona capaz de ir de frente a los problemas sin pensar, una persona que antes de sopesar las opciones ya ha actuado.
Solo ver a Yota herido corriendo hacia él, su cuerpo ya había empezado a moverse y en cuanto su shinobi, su hermano de armas, estuvo al alcance de su mano lo agarró y lo apartó para interponerse entre él y aquella extraña criatura de chakra. El pecho de Shiten recibió los proyectiles como si de piedrecitas se tratara, golpearon y cayeron, seguramente más adelante le dejarían un buen moratón. Ahora mismo, Marrow solo pudo chasquear la lengua molesto.
— Yota-kun. — repitió Marrow dedicandole una mirada al herido y ahora bruscamente apartado Yota.
En cuanto lo miró, una enorme pierna se interpuso entre sus ojos y su victima. Alzó la mirada para mirar al recien llegado. Senju Shiten, jounin retirado, la resistencia de una piedra y el poder... también de una piedra por lo que Marrow podía sentir. Ya sabía que iba a estar ahí y también sabía que podría haber acabado con él llegado a ese extremo. Pero ya no. Ahora ya no podía completar su misión, no podía derrotar a Shiten y aún menos sin que nadie se percatara de ello.
Sacó un shuriken y lo lanzó haciendo una parábola lateral, si Shiten no se movía, el shuriken le rodearía y se clavaría en el exgenin, puede que incluso rematandole. Obviamente, el jounin dio un paso lateral y alargó la mano para detener la estrella ninja con su brazo, pero aquello no era más que una distracción. Para cuando volviese a buscar a Marrow con la mirada, éste ya estaría en las enormes puertas por donde entraban los trenes, justo la que había abierto el clon de Yota para irse. Tras un último contacto visual con Shiten, Marrow desapareció.
Ambos sabían que si se arriesgaba a seguirle, podían acabar tanto él como Yota muertos. Tras unos segundos de confirmación, Shiten se giró a su subordinado. No era el momento de hablar. No mientras no paraba de salir sangre de donde antes salía el dedo del exgenin.
— ¡Vamos! Hay un profesional de primeros auxilios en la estación, no sabe ninjutsu médico pero podrá estabilizarte.
Intentaría ayudarle a moverse sin ser demasiado brusco, bastante lo había sido al apartarle ya. Por suerte para todos, Yota tenía las piernas sin un rasguño, perfectas para andar. Tenía un corte que le cubría el pecho en diagonal, varias costillas rotas como si hubiese recibido un cañonazo y le faltaba un dedo de la mano, pero las piernas intactas.