7/01/2016, 14:51
El rubio alcanzó a los otros dos sin decir nada, pues ambos se le adelantaron con el saludo. Saludar era algo que para Nabi sobraba, es una perdida de tiempo sin ningún fundamento más allá del de, MIRAME ESTOY AQUI SALUDAME. Pero era lo socialmente aceptado, así que le tocaba apechugar con ello por el bien del equipo.
Buenas. ¿Habeis visto ya a Kureji-sensei?
Saludo y pregunta totalmente obvia, como Uchiha, era el mejor, copiando sin ningún miramiento a los demas como si fuera lo más normal del mundo. Seguramente les habia dicho de quedar allí era porque ella debia estar dentro hablando con la Uzukage, Nabi no entendia porque no los habia llevado con ella, queria conocer a su kage, pero no iba a quejarse de ello. El momento llegaria.
Nunca se esta suficientemente listo para una misión.
Contestaria seriamente a su querida biblioteca de Ninjutsu andante, digo, a Juro, a Juro. Debia de quedar nada y menos para el inicio de su aventura en cuarteto. Limpiar retretes, ayudar a ancianas a cruzar la calle o ¡incluso rescatar gatos de arboles! No podia siquiera imaginarse como alguien podia estar nervioso por ello. El rubio por su parte no podia parar de mirar a Kazuma, que ridiculo más espantoso. Por un momento, una pequeña sonrisilla se asomó en sus labios, una sonrisilla totalmente burlona hacia Kazuma. Pero despues se recompuso a su semblante impenetrable de siempre.
Buenas. ¿Habeis visto ya a Kureji-sensei?
Saludo y pregunta totalmente obvia, como Uchiha, era el mejor, copiando sin ningún miramiento a los demas como si fuera lo más normal del mundo. Seguramente les habia dicho de quedar allí era porque ella debia estar dentro hablando con la Uzukage, Nabi no entendia porque no los habia llevado con ella, queria conocer a su kage, pero no iba a quejarse de ello. El momento llegaria.
Nunca se esta suficientemente listo para una misión.
Contestaria seriamente a su querida biblioteca de Ninjutsu andante, digo, a Juro, a Juro. Debia de quedar nada y menos para el inicio de su aventura en cuarteto. Limpiar retretes, ayudar a ancianas a cruzar la calle o ¡incluso rescatar gatos de arboles! No podia siquiera imaginarse como alguien podia estar nervioso por ello. El rubio por su parte no podia parar de mirar a Kazuma, que ridiculo más espantoso. Por un momento, una pequeña sonrisilla se asomó en sus labios, una sonrisilla totalmente burlona hacia Kazuma. Pero despues se recompuso a su semblante impenetrable de siempre.
—Nabi—