9/01/2016, 03:38
Estando todos los genins presentes, solo faltaba la presencia de su líder para dar inicio a la actividad planeada. No fue mucho lo que tuvieron que esperar, pues del edificio del Kage emergió Kureji Shiori. Con aquel porte que denotaba tanta disciplina, cruzó el puente hasta encontrarse con sus subordinados.
La pelirroja se plantó ante ellos, dando los buenos días y mostrándose complacida por la puntualidad de los jóvenes.
—Bueno días, sensei —respondió el joven de blancos cabellos.
«Espera… ¿Se ha reído? —pensó apenado Kazuma, luego de ver el leve gesto en el rostro de la jōnin—. No la he visto reír, pero viendo toda esa seriedad debe… Posiblemente solo le parezca tonto»
Les dio un pequeño sermón sobre el incidente pasado, pero no pasó de ahí. Probablemente solo quisiera que tuvieran en mente el hecho de controlarse un poco. Y luego dijo algo acerca de un voto de confianza, que sonó más a “No metan la pata o ya verán”. Pero no todo fue presión, al menos les dejó claro que había escogido una misión de rango bajo y sin complicaciones, prácticamente algo fácil.
«La cuestión es; ¿Cuál es su definición de fácil?»
No le dio rodeos al asunto. Les aclaro las pautas, el procedimiento y la hora límite. Era extraño. En la noche anterior y las hora recientes el Ishimura se había sentido confiado, un poco ansioso pero tranquilo. Ahora de repente comenzaba a sentirse inseguro. Quizás fuera sólo la presencia intimidante de la kunoichi o tal vez la reacción habitual de un novato.
Tomándole la palabra a Shiori, decidió preguntar.
—Esto… Me imagino que las misiones nunca salen como se planean —supuso con un poco de tensión en voz—. En el caso hipotético de que tuvieramos alguna “complicación” o “accidente” ¿Qué consecuencias, por no decir castigo, habría para nosotros?
Obviamente estaba en juego una buena impresión con su superior y un buen primer registro en sus expedientes. Pero siendo la Kureji quien les dirigía, se imaginaba que toda falla tendría consecuencias un poco más "concretas".
La pelirroja se plantó ante ellos, dando los buenos días y mostrándose complacida por la puntualidad de los jóvenes.
—Bueno días, sensei —respondió el joven de blancos cabellos.
«Espera… ¿Se ha reído? —pensó apenado Kazuma, luego de ver el leve gesto en el rostro de la jōnin—. No la he visto reír, pero viendo toda esa seriedad debe… Posiblemente solo le parezca tonto»
Les dio un pequeño sermón sobre el incidente pasado, pero no pasó de ahí. Probablemente solo quisiera que tuvieran en mente el hecho de controlarse un poco. Y luego dijo algo acerca de un voto de confianza, que sonó más a “No metan la pata o ya verán”. Pero no todo fue presión, al menos les dejó claro que había escogido una misión de rango bajo y sin complicaciones, prácticamente algo fácil.
«La cuestión es; ¿Cuál es su definición de fácil?»
No le dio rodeos al asunto. Les aclaro las pautas, el procedimiento y la hora límite. Era extraño. En la noche anterior y las hora recientes el Ishimura se había sentido confiado, un poco ansioso pero tranquilo. Ahora de repente comenzaba a sentirse inseguro. Quizás fuera sólo la presencia intimidante de la kunoichi o tal vez la reacción habitual de un novato.
Tomándole la palabra a Shiori, decidió preguntar.
—Esto… Me imagino que las misiones nunca salen como se planean —supuso con un poco de tensión en voz—. En el caso hipotético de que tuvieramos alguna “complicación” o “accidente” ¿Qué consecuencias, por no decir castigo, habría para nosotros?
Obviamente estaba en juego una buena impresión con su superior y un buen primer registro en sus expedientes. Pero siendo la Kureji quien les dirigía, se imaginaba que toda falla tendría consecuencias un poco más "concretas".