9/01/2016, 05:14
(Última modificación: 9/01/2016, 05:25 por Uchiha Datsue.)
—Sí, hasta otra, Juro —se despidió también Datsue.
No se le veía mal chico, a ese tal Juro. Quizá en otras circunstancias le hubiese prestado mayor atención. Pero las circunstancias eran las que eran, y en aquellos momentos su máxima prioridad era Shinogi-to. No es que le preocupase demasiado llegar hasta allí. Asumía que lo haría, retrasándose más o menos por el camino. Lo que le preocupaba realmente era poder salir. O peor, salir con los pies por delante.
—¿Te importa si hablamos por el camino?— Datsue se limitó a asentir, conforme —A simples palabras, soy un cazarecompensas. Me dedico a cazar personas, y llevarlas ante la justicia; vivas o muertas. No pertenezco a ninguna aldea, a ningún país, ni a ningún señor feudal. Solo yo decido si actúo o no, así como el modo de hacerlo. Aunque ya habrás visto que mis métodos no son de lo mas delicado...
—Cierto, no lo son —reconoció Datsue, francamente impresionado por la sangre fría que había demostrado el albino—. Precisamente fue eso lo que me atrajo de ti.
Pronto se introdujeron por una callejuela abarrotada de tiendas, que ofrecían prendas de cualquier tamaño, forma y color imaginable. Los ojos de Datsue vagaron de una ropa a otra, sin demostrar un interés especial en ninguna de ellas, mientras meditaba en las palabras de Blame.
—Así que un cazarrecompensas… —No era exactamente lo que necesitaba, pero un sediento en el desierto no rechaza el ofrecimiento de una bebida, por mucho que prefiriese otra—. Pues lo que yo necesito es mucho más sencillo —aseguró, mientras seguía caminando de forma tranquila por el callejón—. Simplemente necesito que alguien me acompañe a Shinogi-to, que esté conmigo mientras trato de ciertos… negocios. Ya sabes, por si las cosas se ponen feas, como hace un momento. No es que vaya en busca de pelea, pero los asuntos que voy a tratar… Bueno, digamos que las personas que suelen estar involucrados en ese tipo de asuntos no son tíos razonables como yo, sino más bien del otro tipo —dijo, levantando la mano y señalando con el pulgar hacia atrás—. Del tipo de la camarera.
Datsue terminó de hablar, sin detallar en mayor profundidad en qué tipo de negocios se iba a inmiscuir. Primero, quería saber si le interesaba lo que decía. Pasar, de un día para otro, de buscar a un desconocido para matarle a proteger las espaldas de otro desconocido podía ser un cambio demasiado grande. La mayoría de personas, seguramente, pensarían que era un cambio a mejor, a algo más respetable. Pero Blame había dejado claro que él no compartía los ideales de un shinobi ni el honor de un samurái. No, aquel tipo pensaba como él. Y como Datsue sabía, el verdadero cambio radicaba en la paga recibida. Una paga comúnmente inferior, a no ser que protegieses al mismísimo Señor Feudal.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado