9/01/2016, 07:45
Si pudiese sacar una conclusión en seco de la situación, sería que a los shinobis no les llegaba a gustar los carroñeros, al menos no a éste. Empezó a tratarlo con desprecio desde hacía un rato, pero fue aún mas áspero su tono de voz cuando el albino comenzó a hacer lo mismo con la profesión de shinobi. No cesó en su embestida contra los que podían verdaderamente dedicarse a eso, y defendía que aunque estaba enseñado para matar, no era una alimaña asesina. Curiosas palabras la de un genin cuyo final sería asesinar o ser asesinado por un encargo.
«Hipocrita... »
No obstante, pareció tener un momento de lucidez, y comentó que bien podían dejar de gritarse en mitad de esas vacías calles e ir a tomar algo. Por desgracia, esa lucidez carecía de conocimientos. Esa aldea había sido testigo del ataque de una bestia de a saber cuantas colas, pues hoy en día comprendía que esas historias pueden tener muchos secretos. Lo que era irrevocable, era que en esa enorme urbe, ni un solo alma iba a montar un negocio, menos aún un bar.
—Pues... tienes razón, gritarnos en mitad de la calle es una idea absurda. Por otro lado... la ciudad mas cercana está a varios kilómetros, hay que patear bastante si quieres tomar un trago...—
Razón no le faltaba, la única ciudad que conocía estaba bien lejos.
No obstante, aún no había acabado con su propósito. Necesitaba encontrar a la chica que manipulaba sus mismas habilidades, pues ella afirmaba conocer el paradero de su madre. Era algo mucho mas necesario que tomar un trago con un desconocido...
«Hipocrita... »
No obstante, pareció tener un momento de lucidez, y comentó que bien podían dejar de gritarse en mitad de esas vacías calles e ir a tomar algo. Por desgracia, esa lucidez carecía de conocimientos. Esa aldea había sido testigo del ataque de una bestia de a saber cuantas colas, pues hoy en día comprendía que esas historias pueden tener muchos secretos. Lo que era irrevocable, era que en esa enorme urbe, ni un solo alma iba a montar un negocio, menos aún un bar.
—Pues... tienes razón, gritarnos en mitad de la calle es una idea absurda. Por otro lado... la ciudad mas cercana está a varios kilómetros, hay que patear bastante si quieres tomar un trago...—
Razón no le faltaba, la única ciudad que conocía estaba bien lejos.
No obstante, aún no había acabado con su propósito. Necesitaba encontrar a la chica que manipulaba sus mismas habilidades, pues ella afirmaba conocer el paradero de su madre. Era algo mucho mas necesario que tomar un trago con un desconocido...