27/08/2020, 04:54
Postrado, hundido. Una sombra del gran ninja que alguna vez fue. Víctima de la droga azul, enganchado al Omoide. Akame consumía para rememorar su grandiosidad en su cabeza, o esa era la sensación que me daba al verlo. Tardé un tiempo en darme cuenta. Por su rostro, claro. Akame está deformado por profundas quemaduras y no lucía exactamente como él. Pensé en matarlo. Para ese entonces, Datsue y yo teníamos una pequeña discrepancia por lo de Keisuke, y bueno, llevarle la cabeza de su hermano haría la gracia. Claro que yo no sabía que Uzu le había traicionado —o eso es lo que pensaba él en ese momento—. y que si se lo servía en bandeja de plata, les iba a estar haciendo el trabajo. Así que decidí... ¡reclutarlo! ¡a Akame! ¡A la rata, como le llama mi buen Daruu! —y con razón—. ¿en qué estaba pensando?
Supongo que creía poder domesticarlo, pero no. Algo que dije encendió una llama en su interior, y a partir de ahí; Akame se escapó de mis manos. Ya era el segundo monstruo que liberaba en menos de una semana. ¿Vaya que sí le hice mal a ōnindo, eh? vaya que sí...
De camino al País del Agua, en una de esas noches, Akame desapareció con esa técnica suya, que usó en el primer Torneo. Me confesó, tiempo después, que había vuelto para pagarle con la misma moneda al hijo de puta que le apuñaló por la espalda. No sé de quién estaba hablando, pero cuando volvió, se le vio muy a gustito. Así que...
Ajá, sí, el puerto de las Aguas Termales. Ahí nos esperaba Shaneji, con el barco Baratie. ¿Lo recuerdas, el de Taikarune? el cabrón tenía a Kano-san y a su familia trabajando para él.
En fin, que nos echamos a la mar. Yo... abandoné el barco por unos días, pues tenía temas que tratar en las profundidades del océano. Craso error. Dejar a Akame sólo en ese barco.
Sigamos mañana, o a este ritmo, voy a perder la maldita voz.
Supongo que creía poder domesticarlo, pero no. Algo que dije encendió una llama en su interior, y a partir de ahí; Akame se escapó de mis manos. Ya era el segundo monstruo que liberaba en menos de una semana. ¿Vaya que sí le hice mal a ōnindo, eh? vaya que sí...
De camino al País del Agua, en una de esas noches, Akame desapareció con esa técnica suya, que usó en el primer Torneo. Me confesó, tiempo después, que había vuelto para pagarle con la misma moneda al hijo de puta que le apuñaló por la espalda. No sé de quién estaba hablando, pero cuando volvió, se le vio muy a gustito. Así que...
Ajá, sí, el puerto de las Aguas Termales. Ahí nos esperaba Shaneji, con el barco Baratie. ¿Lo recuerdas, el de Taikarune? el cabrón tenía a Kano-san y a su familia trabajando para él.
En fin, que nos echamos a la mar. Yo... abandoné el barco por unos días, pues tenía temas que tratar en las profundidades del océano. Craso error. Dejar a Akame sólo en ese barco.
Sigamos mañana, o a este ritmo, voy a perder la maldita voz.