28/08/2020, 00:24
(Última modificación: 28/08/2020, 00:25 por Aotsuki Ayame.)
Shanise, por supuesto, se quedó sólo en la superficie de los sentimientos de Ayame:
—Creo en Yui —sentenció, con un suspiro—. Si ella dice que encontró la voluntad de Kaido a través del sello, yo me lo creo.
—Yo también lo encontré... —respondió Ayame en voz baja.
«Antes de que volviera a perderse...» Completó su mente. Su mano se aferró a su ropa con aún más fuerza. Aquel había sido un momento fugaz, tan fugaz como el disparo de la bala que recibió a continuación. «Por favor... Por favor... que no vuelva a pasar... Con ellos no...»
—Lo que ocurre es que por lo que sé de Fūinjutsu y por lo que sabemos de esos Dragones, pienso que no dejarían un cabo suelto, ¿entiendes?
Ayame sonrió, con cierta tristeza y vergüenza.
—Ojalá lo entendiera, pero ya lo sabes: el Füinjutsu para mí es como un acertijo imposible de resolver.
—No creo que sea la primera vez que alguien ha conseguido romper el influjo del sello, Ayame. Debe de haber algo más —argumentó, pero Ayame torció los labios, no demasiado convencida. Apenas alcanzaba a conocer la superficie de los detalles sobre aquel sello que lavaba cerebros; pero, ¿de verdad alguien podría haberse revelado algo así?—. Sólo espero que Amedama tenga lo que hay que tener para atajar las cosas si las cosas no salen como está previsto. Lo último que querría es que le pasara algo a él también.
—Yo también lo espero... —respondió Ayame, con un hilo de voz, mientras volvía a hacer girar el vaso entre sus manos.
Quería confiar. De verdad que quería hacerlo. Pero era difícil hacerlo. Muy difícil. Sobre todo estando tan lejos de allí. Tragó saliva, con un doloroso nudo en la garganta.
«Ojalá no hubiese tenido que irme... Ojalá pudiera seguir allí, y ayudarlos, y...»
—Creo en Yui —sentenció, con un suspiro—. Si ella dice que encontró la voluntad de Kaido a través del sello, yo me lo creo.
—Yo también lo encontré... —respondió Ayame en voz baja.
«Antes de que volviera a perderse...» Completó su mente. Su mano se aferró a su ropa con aún más fuerza. Aquel había sido un momento fugaz, tan fugaz como el disparo de la bala que recibió a continuación. «Por favor... Por favor... que no vuelva a pasar... Con ellos no...»
—Lo que ocurre es que por lo que sé de Fūinjutsu y por lo que sabemos de esos Dragones, pienso que no dejarían un cabo suelto, ¿entiendes?
Ayame sonrió, con cierta tristeza y vergüenza.
—Ojalá lo entendiera, pero ya lo sabes: el Füinjutsu para mí es como un acertijo imposible de resolver.
—No creo que sea la primera vez que alguien ha conseguido romper el influjo del sello, Ayame. Debe de haber algo más —argumentó, pero Ayame torció los labios, no demasiado convencida. Apenas alcanzaba a conocer la superficie de los detalles sobre aquel sello que lavaba cerebros; pero, ¿de verdad alguien podría haberse revelado algo así?—. Sólo espero que Amedama tenga lo que hay que tener para atajar las cosas si las cosas no salen como está previsto. Lo último que querría es que le pasara algo a él también.
—Yo también lo espero... —respondió Ayame, con un hilo de voz, mientras volvía a hacer girar el vaso entre sus manos.
Quería confiar. De verdad que quería hacerlo. Pero era difícil hacerlo. Muy difícil. Sobre todo estando tan lejos de allí. Tragó saliva, con un doloroso nudo en la garganta.
«Ojalá no hubiese tenido que irme... Ojalá pudiera seguir allí, y ayudarlos, y...»