11/01/2016, 17:39
La conversación no se movio mucho. Despues de preguntar si habian visto su sensei Juro le contesto con una figura retorica, estuvo a punto de levantar la mirada para apartarse si Shiori iba a caerle encima, pero antes de hacerlo se dio cuenta de que lo que el moreno habia dicho era una expresión que no significaba lo que decia sino otra cosa diferente que no tenia nada que ver con lo que estaba diciendo. Eso era muy común al parecer. Estos jovenes de hoy en dia dicen de todo menos lo que dicen.
La pelirroja apareció poco despues, como si hubiera caido del cielo, pero por la puerta que daba al edificio de su kage. El trio se giro a la vez para encarar a su sensei, quien se detuvo ante ellos, autoritaria como siempre. Y empezó el tipico enfrentamiento entre su rostro y el de Nabi para ver cual era más imperturbable. El rubio hizo su breve reverencia habitual y saludó.
Buenos dias, Kureji-sensei.
La impertubabilidad de su rostro siempre se veia rota por el brillo de admiración que la luz que rebotaba en las pupilas del shinobi reflejaba. Era algo dificil de percibir, pues se disimulaba muy bien por la frialdad del Uchiha, pero era algo que no podia evitar. Mirar arriba y pensar, algún dia yo quiero estar igual de alto, porque contra más alto estes más seras capaz de ver.
La kunoichi pelirroja dejó claro que no confiaba en ellos con totalidad, sin embargo, les daba una segunda oportunidad con una misión de lo más facil. Tan facil que ni iba a acompañarles. Sabiendo que lo más probable es que ella ya hubiera sopesado todas las posibilidades y habia concluido que su presencia era innecesaria para el cumplimiento de la misión, teniendo en cuenta el estropicio de la última vez, tenia que ser un cometido de niños. Poco más que un encargo que no le darian a un barrendero ninja. Tal y como Nabi se esperaba.
Kazuma aprovechó la veda que Shiori habia dejado abierta para preguntas para preguntar por el castigo por fallar. Hala, con toda la confianza. El Uchiha no se habia planteado ni por un instante la posibilidad de recibir tal castigo porque no se habia planteado fracasar. Tenia una resolución completa en cumplir el cometido que le dieran sin dejar que ningún obstaculo le desviara del exito. Esta vez no era una prueba, esta vez era por la villa, era su deber y no iba a dejar su honor por debajo de la excelencia.
Cuando la pelirroja hubo respondido la pregunta del increiblemente confiado Ishimura, Nabi metió su baza.
Y si acabamos antes, ¿qué hacemos, Kureji-sensei?
La pelirroja apareció poco despues, como si hubiera caido del cielo, pero por la puerta que daba al edificio de su kage. El trio se giro a la vez para encarar a su sensei, quien se detuvo ante ellos, autoritaria como siempre. Y empezó el tipico enfrentamiento entre su rostro y el de Nabi para ver cual era más imperturbable. El rubio hizo su breve reverencia habitual y saludó.
Buenos dias, Kureji-sensei.
La impertubabilidad de su rostro siempre se veia rota por el brillo de admiración que la luz que rebotaba en las pupilas del shinobi reflejaba. Era algo dificil de percibir, pues se disimulaba muy bien por la frialdad del Uchiha, pero era algo que no podia evitar. Mirar arriba y pensar, algún dia yo quiero estar igual de alto, porque contra más alto estes más seras capaz de ver.
La kunoichi pelirroja dejó claro que no confiaba en ellos con totalidad, sin embargo, les daba una segunda oportunidad con una misión de lo más facil. Tan facil que ni iba a acompañarles. Sabiendo que lo más probable es que ella ya hubiera sopesado todas las posibilidades y habia concluido que su presencia era innecesaria para el cumplimiento de la misión, teniendo en cuenta el estropicio de la última vez, tenia que ser un cometido de niños. Poco más que un encargo que no le darian a un barrendero ninja. Tal y como Nabi se esperaba.
Kazuma aprovechó la veda que Shiori habia dejado abierta para preguntas para preguntar por el castigo por fallar. Hala, con toda la confianza. El Uchiha no se habia planteado ni por un instante la posibilidad de recibir tal castigo porque no se habia planteado fracasar. Tenia una resolución completa en cumplir el cometido que le dieran sin dejar que ningún obstaculo le desviara del exito. Esta vez no era una prueba, esta vez era por la villa, era su deber y no iba a dejar su honor por debajo de la excelencia.
Cuando la pelirroja hubo respondido la pregunta del increiblemente confiado Ishimura, Nabi metió su baza.
Y si acabamos antes, ¿qué hacemos, Kureji-sensei?
—Nabi—