11/01/2016, 22:39
El negocio concluyó sin mayores problemas, bueno... eso para el par de chicos, pues el vendedor se quedaría con algo de mala fama a oídos de los pocos oyentes cercanos. Un mal rumor se difunde mas rápido que la viruela... así que ya estaba clara una cosa, sus precios seguro bajarían.
Entre tanto, el asunto llegó al punto inevitable. ¿Cuanto?
El dinero era un recurso totalmente necesario, inviable vivir sin él, por mucho que se diga que no proporciona la felicidad. Debía poner una cifra, y era obvio que su antagonista era buen comerciante. ¿Debía elevarla? Quizás si ponía una cifra alta, él la bajaba... o si la ponía demasiado baja, él volvería a bajarla... Dios, un auténtico cacao. Pero sí que se le iluminó rápidamente la bombilla.
Tomó la capa de viaje, y tomó el cambio. Con parsimonia, se volvió hacia Datsue, sin embargo no paró su mirada en él. Buscaba otro puesto, tienda, o similar.
—Pues... la verdad, nunca he tenido un trabajo de éste tipo. Supongo que pedirte un precio exacto equivalente a 1 enemigo abatido, sería algo injusto... principalmente porque quizás ni llegamos a las manos. Creo que lo mas correcto sería una precio variable. 300 Ryos en caso de que no se llegue a las manos, 600 en caso de que sí. Evidentemente, yo no forzaré ninguna de las dos opciones, quedará a cuestión de la situación, así como del peligro que corran nuestras vidas.— Contestó a la par que se dirigía a la siguiente tienda.
Se paró, fijandose en unos pantalones similares a los que tenía, aunque obviamente éstos no tenían mil hilachos y quemaduras. Tampoco tenían agujeros, así que si, se podría decir que eran parecidos a los suyos... meses atrás a éste momento.
—¿Te parece bien?—
Quizás se arriesgaba con un precio demasiado bajo en caso de no combatir... pero oye, por salvar gatos cobraba casi lo mismo un genin.
Entre tanto, el asunto llegó al punto inevitable. ¿Cuanto?
El dinero era un recurso totalmente necesario, inviable vivir sin él, por mucho que se diga que no proporciona la felicidad. Debía poner una cifra, y era obvio que su antagonista era buen comerciante. ¿Debía elevarla? Quizás si ponía una cifra alta, él la bajaba... o si la ponía demasiado baja, él volvería a bajarla... Dios, un auténtico cacao. Pero sí que se le iluminó rápidamente la bombilla.
Tomó la capa de viaje, y tomó el cambio. Con parsimonia, se volvió hacia Datsue, sin embargo no paró su mirada en él. Buscaba otro puesto, tienda, o similar.
—Pues... la verdad, nunca he tenido un trabajo de éste tipo. Supongo que pedirte un precio exacto equivalente a 1 enemigo abatido, sería algo injusto... principalmente porque quizás ni llegamos a las manos. Creo que lo mas correcto sería una precio variable. 300 Ryos en caso de que no se llegue a las manos, 600 en caso de que sí. Evidentemente, yo no forzaré ninguna de las dos opciones, quedará a cuestión de la situación, así como del peligro que corran nuestras vidas.— Contestó a la par que se dirigía a la siguiente tienda.
Se paró, fijandose en unos pantalones similares a los que tenía, aunque obviamente éstos no tenían mil hilachos y quemaduras. Tampoco tenían agujeros, así que si, se podría decir que eran parecidos a los suyos... meses atrás a éste momento.
—¿Te parece bien?—
Quizás se arriesgaba con un precio demasiado bajo en caso de no combatir... pero oye, por salvar gatos cobraba casi lo mismo un genin.