12/01/2016, 23:47
- Nada en particular, miraré lo que tengan y veré si me inspira alguna. -
Tambien es una buena opción - asintió Juro, algo desanimado.
Aunque sonase extraño, le dio pena que no tuviese un arma predefinida. Casi nadie la tenia...
Antes de poder decir nada más, la chica decidió acercarse a él de nuevo sin ningún tipo de aviso. Juro no pudo retroceder -retroceder significaria entrar en ese hospital y perder la oportunidad de ir al museo - así que trató de mantenerse firme. La extraña kunoichi nuevamente le sorprendió nuevamente preguntando por el estado de su nariz.
- ¿No irás a que te revisen? Aunque sea para que te arreglen la nariz. -
Juro fruncido el ceño, extrañado, pero trató de ser amable. Después de todo, Ditduko sólo quería ayudarle. Al menos eso quería pensar.
-No puede estar tan mal, ya ni me duele, por el camino se me ha pasado - murmuró Juro, en respuesta. Sintió ganas de tocar su nariz, pero se contuvo.
Entonces paso lo más extraño. La chica extendió su brazo y acerco su mano a la nariz de Juro, más bien dos de sus dedos. A pesar de la cercanía, por la lentitud Juro no se lo tomó como una ofensiva o como un ataque. Masa bien, se quedó sorprendido y acorralado, aunque hubiese intentado escapar.
-¿Que haces? - inocentemente, no se movió del sitio. Si le iba a hacer algo, estaba prácticamente indefenso.
Tambien es una buena opción - asintió Juro, algo desanimado.
Aunque sonase extraño, le dio pena que no tuviese un arma predefinida. Casi nadie la tenia...
Antes de poder decir nada más, la chica decidió acercarse a él de nuevo sin ningún tipo de aviso. Juro no pudo retroceder -retroceder significaria entrar en ese hospital y perder la oportunidad de ir al museo - así que trató de mantenerse firme. La extraña kunoichi nuevamente le sorprendió nuevamente preguntando por el estado de su nariz.
- ¿No irás a que te revisen? Aunque sea para que te arreglen la nariz. -
Juro fruncido el ceño, extrañado, pero trató de ser amable. Después de todo, Ditduko sólo quería ayudarle. Al menos eso quería pensar.
-No puede estar tan mal, ya ni me duele, por el camino se me ha pasado - murmuró Juro, en respuesta. Sintió ganas de tocar su nariz, pero se contuvo.
Entonces paso lo más extraño. La chica extendió su brazo y acerco su mano a la nariz de Juro, más bien dos de sus dedos. A pesar de la cercanía, por la lentitud Juro no se lo tomó como una ofensiva o como un ataque. Masa bien, se quedó sorprendido y acorralado, aunque hubiese intentado escapar.
-¿Que haces? - inocentemente, no se movió del sitio. Si le iba a hacer algo, estaba prácticamente indefenso.