11/01/2021, 12:10
Victoria. Solo lo sabía yo, pero ya había ganado. Había conseguido lo que quería, el resultado ya me daba lo mismo.
—¡Pues claro que si!
Asentí al mismo tiempo que Datsue, casi sincronizado, mientras asentía a todo lo que le decía. Aunque era una lástima lo de no luchar hasta la extenuación. Pero bueno, Datsue y Yo precisamente teníamos una capacidad regenerativa un poquito mejor que la de otros. Aunque ya comprobé en el torneo que eso no curaba huesos rotos, desgraciadamente.
—Siempre y cuando no intentes bloquear una espada con la cabeza, todo irá bien y no habrán accidentes como los del torneo.
No había sido exactamente así, claro. En realidad le había apuntando a la cabeza yo. Bueno, no exactamente a la cabeza, si no a la bandana, solo que resulta que la llevaba puesta en la cabeza. Pensé que el protector, haciendo gala a ese nombre, aguantaría el golpe y simplemente dejaría KO al rival. La segunda parte, al menos, la cumplí. Quizás no exactamente como yo quería, claro.
Bajé del Ring para dirigirme al estadio, dónde podríamos pegarnos mientras los chicos del club de lucha libre nos miraban desde las gradas. Pensándolo bien, y tras haber visto el combate contra Daruu, el que tenía que tener cuidado de no ir al hospital, era yo.
Una vez allí, me giré hacia Natsu y le dije:
—¿Nos das la salida?
Si asentía, me alejaría un poco del centro, en dirección contraria a Datsue, haría el sello, desenvainaria a Aichō, la única espada que había sobrevivido al torneo y adoptaría posición de combate, listo para entrar en acción en cuanto Natsu nos diera la salida.
Mi meta: Aguantar lo suficiente como para encajarlea aunque fuera un solo golpe. La dificultad: Mucho mas difícil que una misión de rango S, casi seguro.
—¡Pues claro que si!
Asentí al mismo tiempo que Datsue, casi sincronizado, mientras asentía a todo lo que le decía. Aunque era una lástima lo de no luchar hasta la extenuación. Pero bueno, Datsue y Yo precisamente teníamos una capacidad regenerativa un poquito mejor que la de otros. Aunque ya comprobé en el torneo que eso no curaba huesos rotos, desgraciadamente.
—Siempre y cuando no intentes bloquear una espada con la cabeza, todo irá bien y no habrán accidentes como los del torneo.
No había sido exactamente así, claro. En realidad le había apuntando a la cabeza yo. Bueno, no exactamente a la cabeza, si no a la bandana, solo que resulta que la llevaba puesta en la cabeza. Pensé que el protector, haciendo gala a ese nombre, aguantaría el golpe y simplemente dejaría KO al rival. La segunda parte, al menos, la cumplí. Quizás no exactamente como yo quería, claro.
Bajé del Ring para dirigirme al estadio, dónde podríamos pegarnos mientras los chicos del club de lucha libre nos miraban desde las gradas. Pensándolo bien, y tras haber visto el combate contra Daruu, el que tenía que tener cuidado de no ir al hospital, era yo.
Una vez allí, me giré hacia Natsu y le dije:
—¿Nos das la salida?
Si asentía, me alejaría un poco del centro, en dirección contraria a Datsue, haría el sello, desenvainaria a Aichō, la única espada que había sobrevivido al torneo y adoptaría posición de combate, listo para entrar en acción en cuanto Natsu nos diera la salida.
Mi meta: Aguantar lo suficiente como para encajarlea aunque fuera un solo golpe. La dificultad: Mucho mas difícil que una misión de rango S, casi seguro.