14/01/2016, 23:57
(Última modificación: 14/01/2016, 23:57 por Aotsuki Ayame.)
Yota se miró a sí mismo con gesto de sorpresa, y Ayame no pudo evitar ladear la cabeza con cierta curiosidad. Fue entonces cuando se dio una palmada en la frente, como quien se ha olvidado de algo importante:
—¡Oh dios mío! Lo siento, Ayame-san, soy demasiado despistado. ¡Creo que me los he vuelto a dejar en casa! Mira que siempre me lo dice mamá —se aclaró la garganta, y entonces siguió hablando con un tono de voz algo más grave, como si estuviese imitando a alguien—. [sub]"No te olvides los brazos, Yotita..." Pero nada, siempre me los acabó dejando. Espero que cuando realmente los necesite no me los dejé en casa. La verdad es que va muy bien tener 4 brazos extra —añadió, con una sonrisa, y entonces se acercó a ellas, y entonces bajó el tono de voz—. Imagínate la de cosas que se pueden hacer con ellos.
Yota rompió a reír, pero junto a Ayame Mitsuki carraspeó ligeramente y ella... volvía a ladear el rostro.
—¿Qué cosas? —preguntó, inocentemente.
Sin embargo, Yota no parecía habera escuchado porque enseguida cambió de tema.
-Pero no hablemos de mí, por favor. ¿Qué hacéis aquí chicas? ¿En busca de trepidantes aventuras?
[sub]—Pues me temo que no, solo estoy por aquí de turismo —se sinceró la Hyuga—. Aproveché que pasaba cerca para conocer el lugar, ¿y tú que haces por aquí? —devolvió el interrogante al recién llegado.
—Oye, oye —interrumpió Ayame. Había cruzado los brazos sobre el pecho, y miraba a los ninjas de Uzushiogakure de manera alterna, enfurruñada—. No me habéis respondido, ¿qué se puede hacer con seis brazos?
—¡Oh dios mío! Lo siento, Ayame-san, soy demasiado despistado. ¡Creo que me los he vuelto a dejar en casa! Mira que siempre me lo dice mamá —se aclaró la garganta, y entonces siguió hablando con un tono de voz algo más grave, como si estuviese imitando a alguien—. [sub]"No te olvides los brazos, Yotita..." Pero nada, siempre me los acabó dejando. Espero que cuando realmente los necesite no me los dejé en casa. La verdad es que va muy bien tener 4 brazos extra —añadió, con una sonrisa, y entonces se acercó a ellas, y entonces bajó el tono de voz—. Imagínate la de cosas que se pueden hacer con ellos.
Yota rompió a reír, pero junto a Ayame Mitsuki carraspeó ligeramente y ella... volvía a ladear el rostro.
—¿Qué cosas? —preguntó, inocentemente.
Sin embargo, Yota no parecía habera escuchado porque enseguida cambió de tema.
-Pero no hablemos de mí, por favor. ¿Qué hacéis aquí chicas? ¿En busca de trepidantes aventuras?
[sub]—Pues me temo que no, solo estoy por aquí de turismo —se sinceró la Hyuga—. Aproveché que pasaba cerca para conocer el lugar, ¿y tú que haces por aquí? —devolvió el interrogante al recién llegado.
—Oye, oye —interrumpió Ayame. Había cruzado los brazos sobre el pecho, y miraba a los ninjas de Uzushiogakure de manera alterna, enfurruñada—. No me habéis respondido, ¿qué se puede hacer con seis brazos?