12/03/2021, 13:56
(Última modificación: 12/03/2021, 13:56 por Sarutobi Saori.)
El joven se armó con toda su determinación y, una ves se despidió de Kiyomi con un gesto con la cabeza, agradeciendo a la vez las palabras de ánimo de la mujer, se dirigió hacia su destino, a las afueras de la ciudad, dispuesto a realizar la misión que le habían encomendado.
No tardó demasiado en llegar al lugar, además, no era demasiado difícil de distinguir, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, fue capaz de ver un gran cultivo y no dudó en acercarse hasta allí.
Frutas y verduras Yameko, aquel era el lugar al que tenía que acudir, un puesto al lado de una casa que, sin duda llevaba mucho tiempo en aquel lugar. El Sarutobi miró a su alrededor, buscando a alguien con quien hablar, con el pergamino en la mano derecha.
—¡Hola! Mi nombre es Sarutobi Saori, vengo a realizar una misión. — Diría una vez encontrara a alguien con quien hablar.
No tardó demasiado en llegar al lugar, además, no era demasiado difícil de distinguir, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, fue capaz de ver un gran cultivo y no dudó en acercarse hasta allí.
Frutas y verduras Yameko, aquel era el lugar al que tenía que acudir, un puesto al lado de una casa que, sin duda llevaba mucho tiempo en aquel lugar. El Sarutobi miró a su alrededor, buscando a alguien con quien hablar, con el pergamino en la mano derecha.
—¡Hola! Mi nombre es Sarutobi Saori, vengo a realizar una misión. — Diría una vez encontrara a alguien con quien hablar.