17/03/2021, 12:56
El joven uzureño sonrió, henchido de orgullo ante la reacción de su compañero, que parecía admirar su capacidad de cocinar, incluso llegando a proponer que, si haabía una segunda vez de aquel encuentro, fuera el propio Saori quien cocinara para los dos.
—¡Eso está hecho! — Aceptó sin dudar, con una gran sonrisa en el rostro.
La siguiente pregunta, sin embargo, cambió un poco el aire que se respiraba. Saori escuchó con atención la historia del de Amegakure, sin perder ningún detalle y, sin duda, le sorprendió descubrir que su familia era rica, no sabía cuánto, pero era rica.
—Cualquier pretexto es bueno si hace que seas feliz. — Explicó el chico encogiéndose de hombros. —Yo, por ejemplo, hice caso omiso a mi madre, que no quería que me convirtiera en shinobi, al final eres tú quien tiene que escoger tu camino, nadie más.
Mientras su charla se desarrollaba de forma normal, una voz a lo lejos, que parecía acercarse se coló entre medias.
—¡Ayuda!
—¡Eso está hecho! — Aceptó sin dudar, con una gran sonrisa en el rostro.
La siguiente pregunta, sin embargo, cambió un poco el aire que se respiraba. Saori escuchó con atención la historia del de Amegakure, sin perder ningún detalle y, sin duda, le sorprendió descubrir que su familia era rica, no sabía cuánto, pero era rica.
—Cualquier pretexto es bueno si hace que seas feliz. — Explicó el chico encogiéndose de hombros. —Yo, por ejemplo, hice caso omiso a mi madre, que no quería que me convirtiera en shinobi, al final eres tú quien tiene que escoger tu camino, nadie más.
Mientras su charla se desarrollaba de forma normal, una voz a lo lejos, que parecía acercarse se coló entre medias.
—¡Ayuda!