26/03/2021, 13:44
Cuando pasaron por el puesto de comida, Yoishi se separó un segundo del grupo para buscar su plato de comida, que había dejado a medias al irse y que, a pesar del tiempo que había pasado, el dueño del sitio había mantenido caliente, por si las moscas. El joven se lo ofreció a Home, que gustoso, aceptó el plato y se lo pasó a Sora, que fue dando pequeños sorbos a lo largo del camino.
Una vez se encontraron en el hospital, se acercaron a la recepción, una sala amplia, bien iluminada y en la que podían ver varias hileras de asientos a la izquierda. Al otro lado se encontraba la recepción, de donde, en cuanto pusieron un pie en el edificio, salió una mujer, algo mayor con el pelo alborotado, unas gafas colgadas al cuello por una cuerda negra y una bata blanca, símbolo de su puesto de médico.
—¿Pe... PERO QUÉ OS HA PASADO? — Preguntó por todos, pero sus ojos se mantuvieron fijos en Sora, colocándose apresuradamente las gafas para observar mejor la herida. —¡Traigan una camilla!
En apenas unos segundos aparecieron dos hombres jóvenes con una camilla, y Home dejó con cuidado a la mujer herida sobre ella.
—No os preocupéis, en nada estoy con vosotros, esperad ahí. — Diría la doctora antes de marcharse a toda prisa tras los enfermeros.
Saori miró a Home, que se había quedado de pie, viendo la escena pasar y que no movía ni un músculo.
—Vamos a sentarnos, será lo mejor, así podrás contarnos lo que pasó.
Una vez se encontraron en el hospital, se acercaron a la recepción, una sala amplia, bien iluminada y en la que podían ver varias hileras de asientos a la izquierda. Al otro lado se encontraba la recepción, de donde, en cuanto pusieron un pie en el edificio, salió una mujer, algo mayor con el pelo alborotado, unas gafas colgadas al cuello por una cuerda negra y una bata blanca, símbolo de su puesto de médico.
—¿Pe... PERO QUÉ OS HA PASADO? — Preguntó por todos, pero sus ojos se mantuvieron fijos en Sora, colocándose apresuradamente las gafas para observar mejor la herida. —¡Traigan una camilla!
En apenas unos segundos aparecieron dos hombres jóvenes con una camilla, y Home dejó con cuidado a la mujer herida sobre ella.
—No os preocupéis, en nada estoy con vosotros, esperad ahí. — Diría la doctora antes de marcharse a toda prisa tras los enfermeros.
Saori miró a Home, que se había quedado de pie, viendo la escena pasar y que no movía ni un músculo.
—Vamos a sentarnos, será lo mejor, así podrás contarnos lo que pasó.
Hablo / Narro / «Pienso»