11/04/2021, 15:16
Himeko negó con la cabeza con una sonrisa cansada ante las insinuaciones de Saori sobre ser bueno en aquel trabajo. Veía su técnica, y comprobó que, pese a hacer lo mismo que con las calabazas, con las berenjenas no había tenido ningún problema. ¿Acaso le faltaba algo de fuerza? Ella no tenía mucha, pero se las apañaba.
—Con un poco de esfuerzo, niño, todo es posible.
Y la mujer terminó de coger la última naranja del árbol, acercándose a Saori para tendérsela.
—¿Te apetece algo de comer? —preguntó, tomando asiento en el propio suelo y sacando otra de su bolsillo derecho—. Al final, esa bruja tenía razón.
—Con un poco de esfuerzo, niño, todo es posible.
Y la mujer terminó de coger la última naranja del árbol, acercándose a Saori para tendérsela.
—¿Te apetece algo de comer? —preguntó, tomando asiento en el propio suelo y sacando otra de su bolsillo derecho—. Al final, esa bruja tenía razón.