14/04/2021, 16:57
El joven escuchó a Himeko con toda su atención, dejando la naranja en un segundo plano, y, cuando la mujer terminó, podría notar como la cara del Sarutobi se había ensombrecido. Podía entender a la hija de Himeko, pero también sabía que la mujer no se había tomado la decisión de su hija de buenas maneras.
—No hay nada que agradecer, es parte de nuestro trabajo. — Diría Saori, llevándose la mano al pecho. —No dudes en buscar nuestra ayuda, de verdad.
El genin, entonces terminó de pelar su naranja y se puso a quitar los hilillos blancos que habían quedado pegados a los gajos, que no le gustaban nada.
— Oye Himeko... — No tenía muy claro cómo empezar lo que quería decir. —Si no es indiscrección... ¿Cuál era la enfermedad que tenía tu marido?
—No hay nada que agradecer, es parte de nuestro trabajo. — Diría Saori, llevándose la mano al pecho. —No dudes en buscar nuestra ayuda, de verdad.
El genin, entonces terminó de pelar su naranja y se puso a quitar los hilillos blancos que habían quedado pegados a los gajos, que no le gustaban nada.
— Oye Himeko... — No tenía muy claro cómo empezar lo que quería decir. —Si no es indiscrección... ¿Cuál era la enfermedad que tenía tu marido?
Hablo / Narro / «Pienso»