17/01/2016, 17:45
—Muy bien, en ese caso, todos tenemos trabajo que hacer —respondió, secamente—.No me decepcionéis.
Con esas palabras y la rápida salida de escena de su sensei, el joven de cabellos blancos, daba por iniciada la misión. Todo bien, hasta que se tropezaron con su primer inconveniente. Por las leves expresiones que tenían sus compañeros al ver las direcciones, Kazuma entendió que sucedía. En ocasiones olvidaba el pésimo sentido de la orientación que tenían sus compañeros.
—No, no tengo ni idea de cómo ir... —comentó Juro, algo azorado—. ¿Kazuma?
—No hay problema. Conozco el lugar y como llegar, a paso ninja nos tomaría unos treinta minutos desde aquí. —aseguró animado.
—De todas formas vamos a ir entrando mientras lo pensamos, si ningún tiene ni idea, quizá puedan darnos alguna indicación —sugirió Juro, desconociendo totalmente nada acerca del tema.
—Sí, lo mejor es entrar y buscar lo necesario para la misión. —respondió rápidamente, mientras ya tomaba camino hacia el interior del edificio.
El joven Ishimura entraría al edificio del kage, esperando que sus compañeros fueran tras él. Al principio le costó ubicar a la persona con la cual debían hablar, pero luego de unos instante dio con una señorita rubia que atendía la recepción. Aquello fue bueno, pues ya había fijado sus ojos grises en una puerta al fondo, cuya leyenda indicaba que tras ellas había útiles de limpieza, bien podía ir y solo tomarlos, pero eso seguramente solo le traería problemas.
—Buenos días —saludó con tono tan formal como su aspecto—. Se nos ha encargado una misión, para la cual necesitamos utensilios de limpieza, como removedores de pintura y otros similares.
A pesar de haber hablado amablemente, el rostro de la mujer parecía no agradecido pues era una de esas personas difíciles de tratar. De manera extraña, paso su mirada desde Kazuma, hasta su compañero ,Nabi, y procedería a darle a este las indicaciones.
Con esas palabras y la rápida salida de escena de su sensei, el joven de cabellos blancos, daba por iniciada la misión. Todo bien, hasta que se tropezaron con su primer inconveniente. Por las leves expresiones que tenían sus compañeros al ver las direcciones, Kazuma entendió que sucedía. En ocasiones olvidaba el pésimo sentido de la orientación que tenían sus compañeros.
—No, no tengo ni idea de cómo ir... —comentó Juro, algo azorado—. ¿Kazuma?
—No hay problema. Conozco el lugar y como llegar, a paso ninja nos tomaría unos treinta minutos desde aquí. —aseguró animado.
—De todas formas vamos a ir entrando mientras lo pensamos, si ningún tiene ni idea, quizá puedan darnos alguna indicación —sugirió Juro, desconociendo totalmente nada acerca del tema.
—Sí, lo mejor es entrar y buscar lo necesario para la misión. —respondió rápidamente, mientras ya tomaba camino hacia el interior del edificio.
El joven Ishimura entraría al edificio del kage, esperando que sus compañeros fueran tras él. Al principio le costó ubicar a la persona con la cual debían hablar, pero luego de unos instante dio con una señorita rubia que atendía la recepción. Aquello fue bueno, pues ya había fijado sus ojos grises en una puerta al fondo, cuya leyenda indicaba que tras ellas había útiles de limpieza, bien podía ir y solo tomarlos, pero eso seguramente solo le traería problemas.
—Buenos días —saludó con tono tan formal como su aspecto—. Se nos ha encargado una misión, para la cual necesitamos utensilios de limpieza, como removedores de pintura y otros similares.
A pesar de haber hablado amablemente, el rostro de la mujer parecía no agradecido pues era una de esas personas difíciles de tratar. De manera extraña, paso su mirada desde Kazuma, hasta su compañero ,Nabi, y procedería a darle a este las indicaciones.