2/05/2021, 19:12
Himeko sonrió ante los elogios de Saori hacia sus cosechas, agradecida. La verdad era que, para ella, escuchar aquello era un subidón de felicidad pues, últimamente, todo parecía ir demasiado mal.
Al menos las cosechas seguían acompañándola a buen ritmo.
—Bueno, pues... ¡ya he acabado! ¿Qué más tengo que hacer?
—Dame un minuto —pidió antes de volver al interior de la casa, haciendo esperar al chico quizá un poco más de lo demandado. Pronto, volvió a salir con una bolsa de papel marrón que tendió al Sarutobi—. Coge lo que quieras de la cosecha, te lo mereces, luego puedes reportar que la misión está completada.
Le dio una palmada en la cabeza muy suave.
—Prepararé los papeles firmados para que te la den por válida, búscame dentro una vez cojas lo que quieras.
Y, dedicándola una mirada con cierta ternura, se volvió al interior.
Al menos las cosechas seguían acompañándola a buen ritmo.
—Bueno, pues... ¡ya he acabado! ¿Qué más tengo que hacer?
—Dame un minuto —pidió antes de volver al interior de la casa, haciendo esperar al chico quizá un poco más de lo demandado. Pronto, volvió a salir con una bolsa de papel marrón que tendió al Sarutobi—. Coge lo que quieras de la cosecha, te lo mereces, luego puedes reportar que la misión está completada.
Le dio una palmada en la cabeza muy suave.
—Prepararé los papeles firmados para que te la den por válida, búscame dentro una vez cojas lo que quieras.
Y, dedicándola una mirada con cierta ternura, se volvió al interior.