17/01/2016, 19:04
(Última modificación: 17/01/2016, 19:06 por Sasagani Yota.)
-Pues...-
No me dio tiempo a contestar antes de que Ayame volviese a la carga de una forma similar a como había actuado yo instantes antes, muerta de curiosidad por mis misteriosos 6 brazos, aquellos que no tenía pero que las arañas si tenían. ¿En serio se habían tragado que tenía 6 brazos? Teniendo en cuenta que les había dicho que 4 de ellos eran postizos... la cosa carecía de pies ni cabeza por todos lados, pero sí, todo apuntaba a que se lo habían creído a pies juntillas.
-Oh si- respondí ante la curiosidad de la morena -En realidad se pueden hacer un montón de cosas, ¿Sabes? El único límite es tu propia imaginación. Imaginemos que estamos peleando contra un enemigo fuerte, tienes esos 6 brazos a tu disposición y además dispones de la friolera de 6 katanas, pues empuñas las 6 katanas y luchas con ellas ¿No te parece genial, Ayame-san?-
La vi ahí cruzada de brazos y no tuve más remedio que darle una respuesta que la satisfaciera.
Aproveche el momento para sacar de mi bolsillo la petaca de los caramelos, sacando uno de ellos, uno de los de limón, ¡Oh! Esa acidez me encantaba, revitalizaba mi paladar que era justo lo que me pedía el cuerpo en aquel preciso momento.
-Pero también es aplicable a la vida cuotidiana, a muchas situaciones que puedas imaginarte. Realmente son muy útiles-
Volví a mentir. ¿A quién se le iba a ocurrir que una persona iba a tener 6 brazos? cuando volviese a Uzushio tendría que hablar seriamente con Setsuna-sensei, igual ella sabía de alguna técnica de esas propias de la Kuromibojin-sama.
-Ostras, ¡Qué grosero soy! ¿Os apetece tomar uno?-
Dios santo, me había servido y no les había ofrecido un mísero caramelo. Así que tras aquella pregunta tendí la petaquilla a la vista de ambas para que decidiesen si aceptar uno de ellos o no.
No me dio tiempo a contestar antes de que Ayame volviese a la carga de una forma similar a como había actuado yo instantes antes, muerta de curiosidad por mis misteriosos 6 brazos, aquellos que no tenía pero que las arañas si tenían. ¿En serio se habían tragado que tenía 6 brazos? Teniendo en cuenta que les había dicho que 4 de ellos eran postizos... la cosa carecía de pies ni cabeza por todos lados, pero sí, todo apuntaba a que se lo habían creído a pies juntillas.
-Oh si- respondí ante la curiosidad de la morena -En realidad se pueden hacer un montón de cosas, ¿Sabes? El único límite es tu propia imaginación. Imaginemos que estamos peleando contra un enemigo fuerte, tienes esos 6 brazos a tu disposición y además dispones de la friolera de 6 katanas, pues empuñas las 6 katanas y luchas con ellas ¿No te parece genial, Ayame-san?-
La vi ahí cruzada de brazos y no tuve más remedio que darle una respuesta que la satisfaciera.
Aproveche el momento para sacar de mi bolsillo la petaca de los caramelos, sacando uno de ellos, uno de los de limón, ¡Oh! Esa acidez me encantaba, revitalizaba mi paladar que era justo lo que me pedía el cuerpo en aquel preciso momento.
-Pero también es aplicable a la vida cuotidiana, a muchas situaciones que puedas imaginarte. Realmente son muy útiles-
Volví a mentir. ¿A quién se le iba a ocurrir que una persona iba a tener 6 brazos? cuando volviese a Uzushio tendría que hablar seriamente con Setsuna-sensei, igual ella sabía de alguna técnica de esas propias de la Kuromibojin-sama.
-Ostras, ¡Qué grosero soy! ¿Os apetece tomar uno?-
Dios santo, me había servido y no les había ofrecido un mísero caramelo. Así que tras aquella pregunta tendí la petaquilla a la vista de ambas para que decidiesen si aceptar uno de ellos o no.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa