11/05/2021, 11:37
(Última modificación: 11/05/2021, 11:37 por Uzumaki Eri.)
Lo último que vio Saori de la anciana es una sonrisa y un movimiento simple de mano en señal de despedida. Luego la puerta se cerraría tras él, dispuesto a cobrar su primera recompensa con el sudor corriéndole la frente y la victoria pintada en sus ojos.
Así le recibieron en el Edificio del Uzukage, con una sonrisa y una pequeña espera pues otras dos personas buscaban ser atendidas ese mismo día por la recepcionista. Kiyomi seguía allí, con mil papeles aglomerados por su mesa y una sonrisa paciente, como si aquello fuese lo más normal del mundo.
—... Y dígale al señor Maki que se mejore de mi parte —pidió antes de que la última persona se fuera. Miró directamente a Saori a los ojos, invitándole a acercarse cuando preguntó—: ¿Qué tal, Saori-kun? ¿Ha ido todo bien con Himeko-san?
Así le recibieron en el Edificio del Uzukage, con una sonrisa y una pequeña espera pues otras dos personas buscaban ser atendidas ese mismo día por la recepcionista. Kiyomi seguía allí, con mil papeles aglomerados por su mesa y una sonrisa paciente, como si aquello fuese lo más normal del mundo.
—... Y dígale al señor Maki que se mejore de mi parte —pidió antes de que la última persona se fuera. Miró directamente a Saori a los ojos, invitándole a acercarse cuando preguntó—: ¿Qué tal, Saori-kun? ¿Ha ido todo bien con Himeko-san?