10/06/2021, 04:06
Al abrir la puerta trasera de la cocina, el aroma de los platillos inundó sus fosas nasales con una fugaz calidez. Había varias estufas, planchas y personas en sus labores. Unos cortaban, otros picaban, otros salteaban, otros daban retoques, y otros llevaban los platillos hacia el interior del restaurante. Todo se estaba estaba desarrollando con una increíble velocidad y precisión de quienes llevan años practicando su oficio.
De hecho, ninguno de los ahí presentes pareció notar la presencia de la chica pues el sonido de los sartenes y demás utensilios de cocina chocando sumado al de cosas friéndose era tan fuerte como para opacar totalmente el rechinido de la puerta. Literalmente era la hora pico y ninguno prestó realmente atención a la recién llegada.
Un hombre en especial, quién parecía el chef principal, se la pasaba dando órdenes a los demás con bastante fuerza.
De hecho, ninguno de los ahí presentes pareció notar la presencia de la chica pues el sonido de los sartenes y demás utensilios de cocina chocando sumado al de cosas friéndose era tan fuerte como para opacar totalmente el rechinido de la puerta. Literalmente era la hora pico y ninguno prestó realmente atención a la recién llegada.
Un hombre en especial, quién parecía el chef principal, se la pasaba dando órdenes a los demás con bastante fuerza.