10/07/2021, 00:25
Gracias a un entrenamiento minimamente eficaz, Toshio tenía una destreza aceptable para un ninja, entre mediocre y normalita. Esa destreza era la suficiente para atrapar una cesta de mimbre y con esta agarrar unas cuantas manzanas en el aire. La pregunta era: ¿todas? La respuesta era no.
—¿Está bien?
Le preguntó a la anciana que veía como la última manzana caía contra el suelo y rodaba hasta ser parada por el pie de otro ninja. Antes de que la pobre mujer pudiese decir nada, el ninja habló:
— Vaya, vaya, si es Tsu-chan. — claramente, no se estaba refiriendo a nadie de los presentes, ¿no?
El ninja en cuestión era un muchacho jovencito de larga melena rubia recogida en una única coleta que le colgaba por la espalda hasta media espalda. Su indumentaria estaba impoluta, y debía ser la única persona impoluta ya no de la calle, sino de toda la villa.
— He de decir que me impresiona tu destreza. — frunció el ceño — Ni siquiera yo, un chunnin, hubiera sido capaz de patear al gato para que justo callese delante de la vieja y ésta se comiese el suelo. Tremendamente diestro, Tsuyoi.
Se agachó lentamente para agarrar la manzana y volvió a erguirse, esperando la reacción del pelirrojo.
—¿Está bien?
Le preguntó a la anciana que veía como la última manzana caía contra el suelo y rodaba hasta ser parada por el pie de otro ninja. Antes de que la pobre mujer pudiese decir nada, el ninja habló:
— Vaya, vaya, si es Tsu-chan. — claramente, no se estaba refiriendo a nadie de los presentes, ¿no?
El ninja en cuestión era un muchacho jovencito de larga melena rubia recogida en una única coleta que le colgaba por la espalda hasta media espalda. Su indumentaria estaba impoluta, y debía ser la única persona impoluta ya no de la calle, sino de toda la villa.
— He de decir que me impresiona tu destreza. — frunció el ceño — Ni siquiera yo, un chunnin, hubiera sido capaz de patear al gato para que justo callese delante de la vieja y ésta se comiese el suelo. Tremendamente diestro, Tsuyoi.
Se agachó lentamente para agarrar la manzana y volvió a erguirse, esperando la reacción del pelirrojo.