17/07/2021, 08:42
(Última modificación: 17/07/2021, 08:42 por Kaminari Chika.)
Ambos pudieron respirar y recuperarse de aquel pequeño susto que había sido oír un estruendo en la noche. Toshio estaba en el suelo intentando juntar lo que quedaba de él a pesar de que ni había visto a la bestia, solo de saber que estaba ahí se quedó temblando.
¿Era un Gebijuu? ¿Era un lobo alfa? ¿Era un oso furioso? Esas eran preguntas que no hallarían respuesta hoy. Haru propuso pararse y seguir con su descanso, pues estaban ya lejos de la bestia.
Sin embargo, un breve chasquido les interrumpió. Tras el chasquido vino una enorme ola de chakra rojizo que los tumbó al instante y en el centro del chakra, una criatura. Incluso en la oscuridad, eran capaces de ver su figura. Se trataba de una especie de ardilla, cuyo pelaje parecía estar en llamas del chakra rojizo que emanaba. Superaba el metro y medio de altura y era bastante más ancha que una ardilla normal, con una enorme cola peluda asomándole por detrás.
De su pelaje se asomaban diversas agujas, como si fuese un puercoespin, pero más que salir de su cuerpo, estaban clavadas en él. Tenía las patas traseras en el suelo y con las delanteras roía algo.
Durante unos segundos, no hizo nada más que roer y entonces levantó la mirada hacia Toshio y Haru, enseñando el pedazo de carne que roía y sus dos enormes dientes frontales.
¿Era un Gebijuu? ¿Era un lobo alfa? ¿Era un oso furioso? Esas eran preguntas que no hallarían respuesta hoy. Haru propuso pararse y seguir con su descanso, pues estaban ya lejos de la bestia.
Sin embargo, un breve chasquido les interrumpió. Tras el chasquido vino una enorme ola de chakra rojizo que los tumbó al instante y en el centro del chakra, una criatura. Incluso en la oscuridad, eran capaces de ver su figura. Se trataba de una especie de ardilla, cuyo pelaje parecía estar en llamas del chakra rojizo que emanaba. Superaba el metro y medio de altura y era bastante más ancha que una ardilla normal, con una enorme cola peluda asomándole por detrás.
De su pelaje se asomaban diversas agujas, como si fuese un puercoespin, pero más que salir de su cuerpo, estaban clavadas en él. Tenía las patas traseras en el suelo y con las delanteras roía algo.
Durante unos segundos, no hizo nada más que roer y entonces levantó la mirada hacia Toshio y Haru, enseñando el pedazo de carne que roía y sus dos enormes dientes frontales.
¡IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHHH!