29/07/2021, 21:31
Eran más o menos las dos de la tarde de un frío día de invierno en el País del Bosque. Allí, en medio del bosque de hongos, el joven Kurogane se encontraba caminando de vuelta a casa después de un encargo, intentando mantener el calor en aquel frío día encendiendo ambas manos con lava y manteniéndolas cerca de su rostro.
«Este ha sido mi primer encargo solo...» Pensaba. «No sé cómo sentirme».
No es que hubiese vuelto a abrir la forja, realmente, pero hacía poco recibió una carta de un viejo amigo de su padre que encargaba armas para sus guardias. El hombre no se había enterado de la muerte de su padre y la conversación fue algo incómoda, pero el chico decidió tomar el encargo aún así, como un favor.
Ahora que había vuelto a forjar armas para alguien más, Toshio empezaba a pensar: ¿quizás debería volver a abrir la forja?
No. No podría hacerlo como su padre.
«Este ha sido mi primer encargo solo...» Pensaba. «No sé cómo sentirme».
No es que hubiese vuelto a abrir la forja, realmente, pero hacía poco recibió una carta de un viejo amigo de su padre que encargaba armas para sus guardias. El hombre no se había enterado de la muerte de su padre y la conversación fue algo incómoda, pero el chico decidió tomar el encargo aún así, como un favor.
Ahora que había vuelto a forjar armas para alguien más, Toshio empezaba a pensar: ¿quizás debería volver a abrir la forja?
No. No podría hacerlo como su padre.