29/07/2021, 21:43
Todo iba bien en el Bosque de los Hongos. Hacía frio, corría una leve brisa que apenas llegaba a mover la espesa vegetación del lugar y la luz del Sol iluminaba parcialmente el lugar, pues el follaje no le dejaba dar más de su brillo a ese tupido bosque.
Por toda aquella tranquilidad fue más impactante cuando un grito la rompió en mil trocitos:
— ¡AYUDA! ¡POR FAVOR!
Si Toshio seguía la voz, no tardaría en encontrarse con una mujer apoyada en un arbol con una cesta de mimbre tirada a sus pies y un montón de hongos de diversos colores tirados por el suelo. La mujer, de extensa cabellera morena, se sujetaba con una mano la inflada barriga y con la otra mantenía el equilibrio contra el tronco.
Respiraba con dificultad y alzó la mirada a Toshio, si es que iba en su ayuda.
— P-por favor... — antes de acabar de suplicar ya caía de rodillas al suelo, justo al lado de una enorme raiz que sobresalía del suelo.
Por toda aquella tranquilidad fue más impactante cuando un grito la rompió en mil trocitos:
— ¡AYUDA! ¡POR FAVOR!
Si Toshio seguía la voz, no tardaría en encontrarse con una mujer apoyada en un arbol con una cesta de mimbre tirada a sus pies y un montón de hongos de diversos colores tirados por el suelo. La mujer, de extensa cabellera morena, se sujetaba con una mano la inflada barriga y con la otra mantenía el equilibrio contra el tronco.
Respiraba con dificultad y alzó la mirada a Toshio, si es que iba en su ayuda.
— P-por favor... — antes de acabar de suplicar ya caía de rodillas al suelo, justo al lado de una enorme raiz que sobresalía del suelo.