6/08/2021, 15:01
¡Aceptó! ¡Qué emoción! Iría a bailar con una nueva amiga. Apuesto a que mi rostro se iluminó como la luna llena. Aunque el de Jun no se notaba decidido al cien por ciento. Ah, debía ser pánico escénico, claro.
—Muchas gracias, Jun. Aunque tú puedes unirte también, si quieres sacar algo de energía almacenada~ Vamos~ —canturreé.
Sin embargo, no pude seguir a la chica tan fácilmente, pues apenas ella salió, un par de personas se metieron en el camino, así que esperé unos segundos antes de salir del puesto para no chocar. Aguanté la respiración mientras avanzaba a pasos variados: zancadas para evadir personas y pasitos para recolocarme. No perdía de vista el peinado de Jun entre las cabezas de los transeúntes, pero resultaba trabajoso no tocar a nadie. Varios segundos después, alcancé a Jun, y fue más fácil, ya que sólo tenía que caminar tras ella, reduciendo el espacio que nos separaba. Y podía respirar de nuevo, claro, aunque con algo de ansiedad.
Cada tanto, miraba a los costados. Puestos de comida y venta de un lado, multitud del otro. Gente voceando, agitando carteles. Gente dándose sus asquerosas manos, golpeándose en la espalda con sus garras, saludándose de abrazos asfixiantes.
Pero hubo una luz de esperanza: la calle se ensanchaba un poco y ahora tenía más pinta de plaza. Claro, había más puestos de venta, islas en un mar irregular de gente, pero el espacio se hacía más… respirable. Y entre ellos, cada tanto, grupos de personas alrededor de otras. Algunos grupos eran pequeños, y escuchaban o veían a un solo hablante (creo que jugaban algo con una bolita y unas copas… otros simplemente escuchaban a algún tipo en bata hablar de aburridas cosas espirituales), mientras que otros eran más amplios y… ¡Ah! ¡Música! ¡Ya la escuchaba!
—¡Jun! ¡Jun, por allá! —alcé la voz y levanté la mano para apuntar hacia donde creía que la música se originaba. Tal vez una o más personas improvisando alguna tonada alegre. ¡Ah, estaba ansiosa por mostrar ya mis movimientos! Pero tenía que quedarme detrás de Jun y seguirme moviendo si no quería que me aplastara la muchedumbre.
—Muchas gracias, Jun. Aunque tú puedes unirte también, si quieres sacar algo de energía almacenada~ Vamos~ —canturreé.
Sin embargo, no pude seguir a la chica tan fácilmente, pues apenas ella salió, un par de personas se metieron en el camino, así que esperé unos segundos antes de salir del puesto para no chocar. Aguanté la respiración mientras avanzaba a pasos variados: zancadas para evadir personas y pasitos para recolocarme. No perdía de vista el peinado de Jun entre las cabezas de los transeúntes, pero resultaba trabajoso no tocar a nadie. Varios segundos después, alcancé a Jun, y fue más fácil, ya que sólo tenía que caminar tras ella, reduciendo el espacio que nos separaba. Y podía respirar de nuevo, claro, aunque con algo de ansiedad.
Cada tanto, miraba a los costados. Puestos de comida y venta de un lado, multitud del otro. Gente voceando, agitando carteles. Gente dándose sus asquerosas manos, golpeándose en la espalda con sus garras, saludándose de abrazos asfixiantes.
Pero hubo una luz de esperanza: la calle se ensanchaba un poco y ahora tenía más pinta de plaza. Claro, había más puestos de venta, islas en un mar irregular de gente, pero el espacio se hacía más… respirable. Y entre ellos, cada tanto, grupos de personas alrededor de otras. Algunos grupos eran pequeños, y escuchaban o veían a un solo hablante (creo que jugaban algo con una bolita y unas copas… otros simplemente escuchaban a algún tipo en bata hablar de aburridas cosas espirituales), mientras que otros eran más amplios y… ¡Ah! ¡Música! ¡Ya la escuchaba!
—¡Jun! ¡Jun, por allá! —alcé la voz y levanté la mano para apuntar hacia donde creía que la música se originaba. Tal vez una o más personas improvisando alguna tonada alegre. ¡Ah, estaba ansiosa por mostrar ya mis movimientos! Pero tenía que quedarme detrás de Jun y seguirme moviendo si no quería que me aplastara la muchedumbre.
Diálogo (Darkorchid)