1/09/2021, 19:48
Ambos ninjas se fueron a dormir. Durante la noche no habría ni un solo ruido, apenas el chirrido de los grillos les acompañaría.
A la mañana siguiente, en cuanto amaneciese, oirían a un hombre llamarles desde la puerta y luego desaparecer. Les dijo que se presentasen cuanto antes en el almacén, que ya sabían donde estaba. Sobre la mesa encontrarían un desayuno ligero para antes de emprender el viaje.
Cuando llegasen al almacén, ya habría media docena de personas trabajando para sacar el carro cargado hasta los topes de madera ya recortada y preparada. Justo cuando llegaron estaban echandole una lona por encima y asegurandola a los bajos del carro.
Antes de darse cuenta, ambos estaban caminando ya detrás del carro, que había salido con dos mulas de potencia del lugar. Ahora solo quedaban ellos y el hombre que les había dado la bienvenida al pueblo, Shizu.
— ¡Eh! ¿Cómo habéis dormido? — les llamó desde el banco donde agarraba los mandos del carro.
A la mañana siguiente, en cuanto amaneciese, oirían a un hombre llamarles desde la puerta y luego desaparecer. Les dijo que se presentasen cuanto antes en el almacén, que ya sabían donde estaba. Sobre la mesa encontrarían un desayuno ligero para antes de emprender el viaje.
Cuando llegasen al almacén, ya habría media docena de personas trabajando para sacar el carro cargado hasta los topes de madera ya recortada y preparada. Justo cuando llegaron estaban echandole una lona por encima y asegurandola a los bajos del carro.
Antes de darse cuenta, ambos estaban caminando ya detrás del carro, que había salido con dos mulas de potencia del lugar. Ahora solo quedaban ellos y el hombre que les había dado la bienvenida al pueblo, Shizu.
— ¡Eh! ¿Cómo habéis dormido? — les llamó desde el banco donde agarraba los mandos del carro.