2/09/2021, 01:48
Aquella noche, el herrero estaba tan cansado que durmió mejor de lo que lo había hecho en días, aunque realmente aquello realmente no era mucho decir, pero era algo.
A la mañana siguiente, todo sucedió prácticamente de forma mecánica, sin pensarlo. Alguien llamó a la puerta para informarles de que los esperaban y pudieron desayunar. Al acabar de desayunar, pudieron ir al almacén, donde ya habían varias personas preparándolo todo para partir.
Antes de que se hubiesen dado cuenta, ya estaban andando.
—¡Eh! ¿Cómo habéis dormido?
El chico levantó el pulgar, sonriendo.
— Perfectamente. Yo diría que estamos al cien por cien. ¿verdad, Haru?
Hablaba y andaba con tranquilidad. Demasiada, quizás, pero Haru era lo suficientemente perceptivo para darse cuenta de que miraba a su alrededor con mucha atención y tenía una mano disimuladamente cerca de su wakizashi, preparada para desenvainarlo en caso de necesitarlo.
A la mañana siguiente, todo sucedió prácticamente de forma mecánica, sin pensarlo. Alguien llamó a la puerta para informarles de que los esperaban y pudieron desayunar. Al acabar de desayunar, pudieron ir al almacén, donde ya habían varias personas preparándolo todo para partir.
Antes de que se hubiesen dado cuenta, ya estaban andando.
—¡Eh! ¿Cómo habéis dormido?
El chico levantó el pulgar, sonriendo.
— Perfectamente. Yo diría que estamos al cien por cien. ¿verdad, Haru?
Hablaba y andaba con tranquilidad. Demasiada, quizás, pero Haru era lo suficientemente perceptivo para darse cuenta de que miraba a su alrededor con mucha atención y tenía una mano disimuladamente cerca de su wakizashi, preparada para desenvainarlo en caso de necesitarlo.