25/09/2021, 00:11
Para la sorpresa de Toshio, dos flechas atravesándole las muñecas no fueron suficiente para evitar que el bandido lanzase dos rápidos cortes directos hacia el pecho de Toshio, rasgando su ropa y dibujándole una cruz carmesí en el centro.
Adolorido, el genin se llevó una mano al pecho, reculando un par de pasos mientras el hombre le hablaba sobre el dolor que sentía al ver a sus compañeros morir de hambre.
El herrero no contestó. Solo desenvainó su wakizashi en agarre invertido, con el filo apuntando hacia abajo, mientras retrocedía. Defendiéndose como buenamente podía, apenas bloqueando los ataques del bandido.
Pudo darse cuenta entonces de que el cuarto bandido había desaparecido, pero justo en ese momento una flecha atravesó su pierna.
— ¡Argh! -Se quejó, pero no tenía tiempo que perder.
Con su mano libre, rebuscó en su portaobjetos hasta dar con una pequeña cajita llena de abrojos que lanzaría en la corta distancia que lo separaba del bandido (1 PV cada uno), antes de dar un corto salto hacia atrás.
Para asegurarse de que no intentase saltar por encima de los Makibishi, Toshio concentró chakra en la punta de sus dedos, creando cuatro pequeñas gotas de lava que lanzaría hacia su agresor (5 PV por gota).
Aunque algo ralentizado, utilizó entonces aquella oportunidad para aumentar aún más la distancia, acercándose a su cliente mientras buscaba con la mirada al bandido que había desaparecido.
Adolorido, el genin se llevó una mano al pecho, reculando un par de pasos mientras el hombre le hablaba sobre el dolor que sentía al ver a sus compañeros morir de hambre.
El herrero no contestó. Solo desenvainó su wakizashi en agarre invertido, con el filo apuntando hacia abajo, mientras retrocedía. Defendiéndose como buenamente podía, apenas bloqueando los ataques del bandido.
Pudo darse cuenta entonces de que el cuarto bandido había desaparecido, pero justo en ese momento una flecha atravesó su pierna.
— ¡Argh! -Se quejó, pero no tenía tiempo que perder.
Con su mano libre, rebuscó en su portaobjetos hasta dar con una pequeña cajita llena de abrojos que lanzaría en la corta distancia que lo separaba del bandido (1 PV cada uno), antes de dar un corto salto hacia atrás.
Para asegurarse de que no intentase saltar por encima de los Makibishi, Toshio concentró chakra en la punta de sus dedos, creando cuatro pequeñas gotas de lava que lanzaría hacia su agresor (5 PV por gota).
Aunque algo ralentizado, utilizó entonces aquella oportunidad para aumentar aún más la distancia, acercándose a su cliente mientras buscaba con la mirada al bandido que había desaparecido.