[Personaje adicional]Yuki Yakiniku

[Sasaki Reiji]

Hay quienes tienen la suerte de nacer en un buen lugar, en una buena familia. Y quienes más suerte tienen, son aquellos que nacen en una familia que los quiere. Este no es el caso de Yakiniku.

Ella fue concebida por los Yuki, un clan de Shinobis que se suelen especializar en el Hyōton, un Kekkei Genkai que les permite hacer técnicas relacionadas con el Hielo ¿El problema? Yakiniku nació con una condición muy especial que además, casi cuesta la vida de su madre en el parto. Esa condición es que su piel quema al contacto. No a ella misma, pero si a los demás y su cuerpo desprende un calor terrible. Por si eso fuera poco, ni siquiera había heredado el Hyōton, y a ojos de su padre, solo era un monstruo inútil. Además, tanto su madre como su padre se dedicaron a maltratarla tanto psicológica como físicamente desde bien chiquita golpeandola con palos de madera o metal, para evitar las quemaduras, mientras le recordaban que solo era un monstruo defectuoso. Incluso el nombre que le habían puesto era una burla cruel. Por suerte para ella, el gobierno de la aldea, por entonces a las manos de Shiona, intervino a tiempo. No solo la sacó de aquella familia, sino que condenó a sus padres y los expulsó de Uzushiogakure, aunque consiguieron volver cuando Zoku alcanzó el poder, pues eran parte de sus fieles.

Desde que fue separada de su familia, Yakiniku vivió en un orfanato de la aldea, donde como pudieron, la criaron. Al principio fue difícil tanto para el personal como para Yakiniku. Lo único que ella conocia era los maltratos de sus padres y le atemorizaba que el personal del orfanato la tratara de manera similar. Poco a poco, se fue recuperando de su trauma con ayuda, y se fue adaptando, aunque no del todo bien, a la vida en aquel lugar. Aun así, Yakiniku era un alma libre. No es que no le gustara la gente del orfanato, aunque allí tampoco es que tuviera amigos, es que prefería corretear al aire libre y sobre todo, pasar tiempo en la playa. El mar era tan inmenso, que aunque el agua que la tocaba se evaporaba rápido, sus aguas siempre conseguían abrazarla. Desde la primera vez que se zambulló hasta el día de hoy, el mar es su lugar favorito. Por eso, suele escaparse a menudo del orfanato.

Aunque tampoco es que le apasione la vida del shinobi, y en el orfanato les dejasen elegir si querían asistir o no, Yakiniku optó por inscribirse en la academia. Su recorrido por la academia no fue sencillo, por su peculiaridad, por su nombre y por otras cosas. A pesar de todo, no le faltaba talento, y no le costó aprobar ninguna materia, e incluso obtuvo algún que otro sobresaliente en ninjutsu. Pero eso no es lo importante de su paso por la academia, lo importante es que allí conoció a su único y mejor amigo, Sarutobi Akihiro. Con él había congeniado muy bien, y habían pasado gran parte de su tiempo juntos, tanto dentro como fuera de la academia. Además fue Akihiro quien le regaló su preciada tabla de surf, y también fue quien le dio su primer y único abrazo. Único porque, aunque Akihiro dijo que los de su clan estaban acostumbrados al fuego, las vendas de sus brazos no ocultan las quemaduras que se hizo aquel día, y Yakiniku no permitió que eso volviera a pasar.

Ahora, tras graduarse de la academia ¿Qué futuro les depara?