20/10/2021, 10:15
Eri sonreía ante las palabras de Reiji. Era cierto que hacía armas únicas para cada tipo de persona, incluso para el mismísimo Hanabi. Ella lo había experimentado en primera persona cuando había recibido su Naginata forjada con el famoso acero de los Sasaki. Sin embargo, el joven herrero no aspiraba solo a ser el orgullo de Uzushiogakure, no. Él quería llegar a más.
—¿El mejor de todo Ōnindo? Eso es un título difícil de conseguir. —Alegó ella, arrancando la hoja y haciendo una pelota con ella.
Aunque viéndolo como lo exponía el moreno, también era cierto: armas para Uzukages, para los propios bijū... Se estaba haciendo un buen sobrenombre entre las paredes de su aldea. Pero claro, ¿no debía ir más allá?
—Y pondrás adquirir en las librerías "Las leyendas no nacen, las leyendas se forjan", mi autobiografía, a un módico precio.
—¡Venga ya! Estarás forrado para entonces, ya podrías regalármelo, que para eso soy tu amiga —bromeó Eri, mientras volvía a intentar imbuir con chakra esta vez la hoja. Brilló el sello por un momento y, de pronto, la hoja se encogió—. ¡Ajá! —exclamó, contenta.
De nuevo, anotó un par de cosas en la libreta.
—Si logro esto, tendrás que decirle a Katsudon que también fue con mi ayuda, ¡así yo también podré escribir libros!
—¿El mejor de todo Ōnindo? Eso es un título difícil de conseguir. —Alegó ella, arrancando la hoja y haciendo una pelota con ella.
Aunque viéndolo como lo exponía el moreno, también era cierto: armas para Uzukages, para los propios bijū... Se estaba haciendo un buen sobrenombre entre las paredes de su aldea. Pero claro, ¿no debía ir más allá?
—Y pondrás adquirir en las librerías "Las leyendas no nacen, las leyendas se forjan", mi autobiografía, a un módico precio.
—¡Venga ya! Estarás forrado para entonces, ya podrías regalármelo, que para eso soy tu amiga —bromeó Eri, mientras volvía a intentar imbuir con chakra esta vez la hoja. Brilló el sello por un momento y, de pronto, la hoja se encogió—. ¡Ajá! —exclamó, contenta.
De nuevo, anotó un par de cosas en la libreta.
—Si logro esto, tendrás que decirle a Katsudon que también fue con mi ayuda, ¡así yo también podré escribir libros!