28/01/2016, 22:00
~ Látigos y cadenas… ~ Pensaba la kunoichi mientras comenzaba a marchar por los pasillos del museo, esas armas definitivamente no eran de su estilo por lo inquieta que era, terminaría enredándose y sirviéndose en bandeja de plata a quien sea con quien esté peleando y eso claramente era algo muy malo que no se podía permitir.
Con ese pensamiento la chica devolvió la mirada a aquel que la acompañaba para analizarlo una vez más, de pies a cabeza como si pretendiese encontrarse con algún detalle nunca antes visto. - Supongo que te pega… - Soltó de la bendita nada para luego seguir la marcha mirando cada cosa que se encontrase tras las vitrinas. En este mismo instante estaban encaminados al sector donde estaban las katanas, de todas las longitudes posibles, algunas curvas y otras rectas, algunas algo más llamativas con gemas preciosas incrustadas en la empuñadura pero era más que sabido que ese tipo de armas solían ser las más frágiles, incluso puede que ni filo tuviesen aunque claro, réplicas las había en todos lados.
- La verdad es que es una buena opción. Yo no soy mucho de armas fuertes, prefiero desequilibrar al oponente y aprovecharlo - contestó Juro, encogiéndose de hombros - Todo depende de tu estilo de pelea de todas formas
Respondió el joven de Uzushiogakure, dándole la impresión a la pelirroja de que no la había escuchado o incluso de que no tenía mucha idea de lo que unos tonfas eran realmente por lo que no tardó en frenarse y voltearse. Si, lo haría cada vez que fuese a hablarle. - Pero que los tonfas no están hechos para atacar… Son palos y ya. - Le decía con una ceja en alto aunque el chico no lo notaría a causa de la máscara. Lo que si podría percibir era que la velocidad del habla de la chica estaba comenzando a acelerarse nuevamente.
-Vale... ¿Por donde quieres empezar? -
Preguntó el chico a lo que ella simplemente respondió voltéandose para ver las indicaciones de los carteles. Definitivamente no obtendrían una respuesta directa y tendrían que revisar cada sector en busca de sus armas deseadas, después de todo lo que ambos buscaban no llegaba a ser lo suficientemente popular como para tener su propio pabellón.
- ¿Que tal el sector de hachas? Seguramente por ahí tengan las armas del estilo guadaña como la kusarigama que decías. - Sugirió la kunoichi mientras se acercaba a una de las puertas para asomarse y ver infinidad de espadas, arma que poco le interesaba ya que seguramente perdería fácilmente al igual que sus baikunais que de no ser porque los perdía probablemente tendría unos veinte.
Con ese pensamiento la chica devolvió la mirada a aquel que la acompañaba para analizarlo una vez más, de pies a cabeza como si pretendiese encontrarse con algún detalle nunca antes visto. - Supongo que te pega… - Soltó de la bendita nada para luego seguir la marcha mirando cada cosa que se encontrase tras las vitrinas. En este mismo instante estaban encaminados al sector donde estaban las katanas, de todas las longitudes posibles, algunas curvas y otras rectas, algunas algo más llamativas con gemas preciosas incrustadas en la empuñadura pero era más que sabido que ese tipo de armas solían ser las más frágiles, incluso puede que ni filo tuviesen aunque claro, réplicas las había en todos lados.
- La verdad es que es una buena opción. Yo no soy mucho de armas fuertes, prefiero desequilibrar al oponente y aprovecharlo - contestó Juro, encogiéndose de hombros - Todo depende de tu estilo de pelea de todas formas
Respondió el joven de Uzushiogakure, dándole la impresión a la pelirroja de que no la había escuchado o incluso de que no tenía mucha idea de lo que unos tonfas eran realmente por lo que no tardó en frenarse y voltearse. Si, lo haría cada vez que fuese a hablarle. - Pero que los tonfas no están hechos para atacar… Son palos y ya. - Le decía con una ceja en alto aunque el chico no lo notaría a causa de la máscara. Lo que si podría percibir era que la velocidad del habla de la chica estaba comenzando a acelerarse nuevamente.
-Vale... ¿Por donde quieres empezar? -
Preguntó el chico a lo que ella simplemente respondió voltéandose para ver las indicaciones de los carteles. Definitivamente no obtendrían una respuesta directa y tendrían que revisar cada sector en busca de sus armas deseadas, después de todo lo que ambos buscaban no llegaba a ser lo suficientemente popular como para tener su propio pabellón.
- ¿Que tal el sector de hachas? Seguramente por ahí tengan las armas del estilo guadaña como la kusarigama que decías. - Sugirió la kunoichi mientras se acercaba a una de las puertas para asomarse y ver infinidad de espadas, arma que poco le interesaba ya que seguramente perdería fácilmente al igual que sus baikunais que de no ser porque los perdía probablemente tendría unos veinte.