29/11/2021, 11:18
Si aquella extraña niebla de chakra que impregnaba el ambiente era la fuente de algún genjutsu, era algo que ni Yota ni Zaide podrían discernir por el momento. El Uchiha se bajó de la roca y pasó un dedo por la superficie del ojo, recorriendo la espiral que contenía su iris. Para su Sharingan, brillaba con la misma intensidad que el chakra que les envolvía como una especie de humareda. ¿Pero qué naturaleza podía tener? Desde su posición, parecía que la única alternativa era arriesgarse y adentrarse en aquella nube de chakra o volver tras sus pasos y terminar enfrentándose a los guardias de Amegakure...
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