21/12/2021, 12:42
(Última modificación: 21/12/2021, 12:43 por Uchiha Natsu.)
Con una simple seña nos hizo esperar para salir en busca de Kotetsu,a lo cual regresó tras unos breves instantes.
—Aquí está el jefe.
— Muchas gracias — dije para añadir posteriormente una leve reverencia con la cabeza.
Acto seguido, y tras la presentación de Kotetsu, Eri se inventó una historia para sonsacarle información al hombre. Todo indicaba que Kotetsu estaba cayendo de cuatro patas ante el engaño de la jōnin. Sacudí mis manos, tratando de negar.
— Ya te dije que no hacía falta, a ver si vas a gastarte todos tus ahorros en esto...
Y entonces llegó la gran revelación.
—Pero, ¿no se han enterado? —preguntó Kotetsu, mirando a ambos—. Los suministros de metales han sido recortados, aunque, claro, para nosotros no supone un problema... Pero al contar con menos acero de lo normal, saldrá más caro todavía.
Traté de poner una cara lo más sorprendida posible, el teatro nos e me daba mal del todo.
— Disculpe que m e meta donde no me llaman, pero es que como ha insistido tanto... ¿qué ocurre con los suministros? Osea habla como si a usted no tuviese problemas y todos los demás si... De nuevo, disculpe mi atrevimiento pero es un poco raro, ¿no?
Me la jugué, pero desde mi posición de compañero novato podía hacerlo. Esperaba que me siguiese viendo tan inocente como hasta entonces y saciase mi curiosidad.
—Aquí está el jefe.
— Muchas gracias — dije para añadir posteriormente una leve reverencia con la cabeza.
Acto seguido, y tras la presentación de Kotetsu, Eri se inventó una historia para sonsacarle información al hombre. Todo indicaba que Kotetsu estaba cayendo de cuatro patas ante el engaño de la jōnin. Sacudí mis manos, tratando de negar.
— Ya te dije que no hacía falta, a ver si vas a gastarte todos tus ahorros en esto...
Y entonces llegó la gran revelación.
—Pero, ¿no se han enterado? —preguntó Kotetsu, mirando a ambos—. Los suministros de metales han sido recortados, aunque, claro, para nosotros no supone un problema... Pero al contar con menos acero de lo normal, saldrá más caro todavía.
Traté de poner una cara lo más sorprendida posible, el teatro nos e me daba mal del todo.
— Disculpe que m e meta donde no me llaman, pero es que como ha insistido tanto... ¿qué ocurre con los suministros? Osea habla como si a usted no tuviese problemas y todos los demás si... De nuevo, disculpe mi atrevimiento pero es un poco raro, ¿no?
Me la jugué, pero desde mi posición de compañero novato podía hacerlo. Esperaba que me siguiese viendo tan inocente como hasta entonces y saciase mi curiosidad.