2/01/2022, 18:39
«Asesino.»
Normalmente, cuando alguien se lleva un susto, salta, grita o hace una combinación de ambas cosas. Pero cuando ese alguien lleva siendo perseguido por la ley y el orden los años que llevaba Uchiha Zaide, seguramente reaccionaría de una forma más parecida a la que él hizo: empuñando un hacha del costado y enterrándola en el origen del sonido. Tan rápido como un rayo cayendo del cielo, sin pensar, sin mirar. Primero se aseguraba que la amenaza estaba contrarrestada, y luego, si había tiempo, se comprobaba si era un enemigo de verdad o no.
Sin embargo, el filo del hacha tan solo hendió el aire. No hubo enemigo, ni gracioso de turno con el cráneo partido por la mitad. Nadie. Nada.
—¡Ven y dímelo a la cara, bastardo! —gritó, al bosque, a los árboles. A nadie en realidad. Con el pulso alterado, trató de pensar con la mente fría. ¿Había sido una voz de verdad, o tan solo se había escuchado en su cabeza?—. ¿Tú lo has escuchado? —Quiso saber, de Yota.